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ANA SANTIAGO
Miércoles, 16 de octubre 2013, 12:43
Cien años de dedicación a los más mayores y con menos dinero dejarán atrás las Hermanitas de los Pobres cuando definitivamente abandonen su casa en Valladolid, la del camino que lleva el nombre de su fundadora, Juana Jugán. Unas instalaciones que acogen actualmente a 102 ancianos y que, aunque con ayuda del voluntariado, sacan adelante 14 hermanas, muchas de ellas de la suficiente avanzada edad para no poder seguir trabajando al ritmo que requiere llevar este gran centro.
Son de toda la vida. Una congregación ligada a Valladolid desde hace más de cien años, primero en su ubicación en el número 1 de la calle San José, detrás del Paseo Zorrilla y, desde 1976, en su actual ubicación detrás del Hospital Benito Menni.
No es la crisis económica, habituada la congregación a sobrevivir ella y sus mayores con las ayudas que llegan desde las donaciones más altruistas y con los escasos ingresos, sino la religiosa. «Es la falta de vocaciones la que nos hace imposible continuar», indica la madre superiora, sor María José. «Aquí no hay quien quiera seguir con esto, no hay vocaciones y muchas de las hermanas son muy mayores». Por lo que, llegado a este punto, eso sí «sin prisas, cuando todo esté resuelto», las hermanas se reubicarán en las otras casas de Castilla y León, en las de Segovia y Salamanca, y también en la extremeña de Plasencia.
Las religiosas se repartirán en dichos centros y los 102 mayores que actualmente viven en este gran geriátrico para personas con muy escasos ingresos también se distribuirán. Se irán en compañía de las hermanas y con los mismos destinos en los casos en que no estén ligados familiarmente ni por nada a Valladolid o a otras residencias de la ciudad e, incluso, no cambiarán de inmueble.
Traspaso empresarial
El proyecto de la congregación y de hecho ya estudia dos ofertas es el de vender el edificio y su objeto, es decir, traspasarlo a empresas del sector para continuar con la atención a ancianos. La diferencia será que mientras al congregación, por norma interna, no aceptaba ayudas administrativas para atender a sus mayores, la mayoría asistidos, quien adquiera las instalaciones podrá convertirlas en negocio, y recurrir como hace la mayoría a los conciertos o a las ayudas administrativas para que los usuarios puedan pagar sus estancias.
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