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SERGIO JORGE
Martes, 8 de octubre 2013, 15:32
Las 390.000 toneladas de basura que se hallan en el terreno conocido como El Busto se pueden ver desde la carretera que une estas localidades con La Bañeza. A tan solo cinco kilómetros de Santa María del Páramo, más cerca del municipio colindante, Valdefuente del Páramo, que del que es propietario de la polémica finca, se encuentra el mayor vertedero de la provincia y, probablemente, de la comunidad. La basura ya está al aire libre. Y su olor también.
Todo comenzó en enero de 2001, cuando la empresa adjudicataria del servicio de basuras de toda la provincia, la UTE Legio VII (formada por Urbaser y FCC), decidió que ya no iba a llevar los residuos leoneses a otras provincias (después de trasladarlos a Palencia, Valladolid, Madrid o Asturias). Así que eligió primero un terreno en León, después otro en Ferral del Bernesga y, por último, en Santa María del Páramo.
En el terreno propiedad de Urbaser en León capital se depositaron 30.000 toneladas de basura en el año 2000, pero se fueron trasladando fuera de la provincia, tal y como señala Secundino Prieto, gerente de Gersul (el ente provincial encargado de la recogida de basuras). Solo quedaron 6.000 toneladas que en 2004 fueron transportadas al Centro de Tratamiento de Residuos (CTR) de San Justo de la Vega, tal y como mandaba la normativa europea, una vez que se construyó.
Otras 26.000 toneladas se depositaron en otra tierra de Ferral del Bernesga, que en 2010 fueron selladas pese a la oposición de vecinos y Ecologistas en Acción.
Pero la peor parte se la llevó Santa María del Páramo, donde se depositaron cerca de 400.000 balas de basura que aún continúan en la finca cercana a la localidad, propiedad del municipio leonés y que supone a la UTE el pago de cerca de 200.000 euros al año en alquiler. Se trata de una enorme montaña de basura que se empezó a crear en enero de 2001 y se llenó en septiembre de 2004. A partir de entonces, León empezó a tratar todas sus basuras en el CTR y abandonó la 'solución transitoria', tal y como llama todo el mundo al vertedero de El Busto, que tenía que haber sido cerrado dos años después.
Ahora, más de doce años después de que se empezara a llenar la finca de balas de basura, la mayoría de ellas abiertas y con su contenido en proceso de descomposición, la UTE está todavía buscando la mejor solución para hacer desaparecer esta inmensa montaña de residuos, entre la que hay papeles, vidrios, plásticos y, por supuesto, restos orgánicos.
Prieto recuerda que el primer proyecto de la UTE, obligada por Gersul a eliminar todas las balas de basura de Santa María, fue el sellado después de la permeabilización de las 390.000 toneladas de basura. Pero tras presentar el plan, la Unión Europea obligó a hacer un estudio de impacto ambiental, que fue aprobado y puesto a información pública. Ahí empezaron los problemas, ya que varias instituciones y organizaciones comenzaron a poner trabas al proyecto. Entre ellas, el Ayuntamiento de Valdelafuente, que logró que la Audiencia Provincial de León paralizara el plan de la UTE y que hace que Legio VII se replantee ahora qué hacer con las balas.
También Ecologistas en Acción presentó varias alegaciones. Como explica su secretaria en León, Ángeles Murciego, se trata de una zona en la que «hay varias lagunas y el nivel freático no permite que se haga un vertedero». «Si se hace se van a contaminar los acuíferos», añade la activista medioambiental, quien asegura que la legislación vigente «habla claramente de que antes de eliminar la basura, hay que tratarla». Las alegaciones de Ecologistas también van contra la forma de dar el visto bueno al proyecto por parte de Gersul, ya que, según Murciego, «no se aprobó en asamblea».
Solución inmediata
«Esto va a tener una solución inmediata porque la empresa está trabajando fuertemente y en los próximos meses se sabrá», asegura el alcalde de Santa María, Miguel Ángel del Egido, quien resalta que estas balas «no están creando problemas medioambientales y están vigiladas».
Eso sí, Del Egido insiste en que «la mejor solución para el Ayuntamiento es que la empresa se lleve las balas de basura fuera de la finca lo más rápido posible». De hecho, el Consistorio ya maneja un proyecto paisajístico para recuperar esta finca para el uso y disfrute de los vecinos, algo que sería sufragado por Gersul, según apunta su gerente.
Ahora solo queda esperar a que el Tribunal Superior de Justicia resuelva el recurso presentado por la UTE a la sentencia que impide el sellado de las balas, pese a que Gersul, que no tiene que hacerse cargo de su coste, ya ha dicho que se desvincula del proyecto porque entiende que no se dan las garantías legales para que se entierre la basura en Santa María.
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