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Antonio Sánchez del Barrio
Martes, 17 de septiembre 2013, 12:05
El viaje de los libros prohibidos', es el sugerente título de una exposición en la que se plantea un recorrido por los episodios más destacados del libro de Miguel Delibes, 'El hereje', a través de treinta y tres 'secuencias' repartidas en cuatro capítulos; de este modo, se confrontan los párrafos extraídos de la novela con un centenar de documentos, libros y obras artísticas originales del siglo XVI y por tanto contemporáneas al relato contenido en la novela, circunstancia que hace muy recomendable la lectura de los textos de las cartelas para comprender la estrecha relación de las piezas seleccionadas con los personajes y los hechos narrados en el libro.
El primer capítulo de la exposición evoca el trasiego de nuevas ideas, prohibidas en la España del momento, y corresponde al viaje que el protagonista de la novela, Cipriano Salcedo, hace a varias ciudades alemanas para adquirir libros de Erasmo, Lutero y Calvino que sirvan de guía a los componentes del foco herético de Valladolid sobre los diferentes aspectos de la Reforma.
Las ciudades que recorre, los personajes históricos mencionados o las propias circunstancias del viaje, son rememorados a través de vistas de ciudades u obras consideradas heréticas y, por tanto, expurgadas por el Santo Oficio se exponen, entre otros, los Adagios y los Apotegmas de Erasmo o la Vida de Calvino, junto con libros de gran valor bibliográfico, entre los que cabe destacar la monumental edición de Basilea de 1665 de la llamada 'Biblia de Lutero' o el original de la célebre Bula Exsurge Domine dictada en 1520 por el Papa León X como respuesta a las enseñanzas de Martín Lutero. Junto a ellos, se muestran también obras de arte como dos navetas que evocan a las embarcaciones de la época, una preciosa maleta de viaje y, presidiendo el espacio coral de la sala, el extraordinario relieve de 'La quema de libros', original de Juan de Juni, una de las obras maestras de la exposición.
El capítulo titulado 'El Valladolid de El hereje' es el dedicado al personaje central de la novela y los sucesivos escenarios de la ciudad donde se desarrollan las principales etapas de su vida. Su nacimiento y la influencia de Minervina, la nodriza que le atiende y que se convertirá en su amor imposible, quedan reflejados en la exposición en una delicada tabla de la Virgen de la Leche, de hacia 1520, atribuida a un anónimo seguidor del flamenco Joos van Cleve. Las condiciones de los partos y otros episodios de la novela relacionados con estado de la medicina se rememoran en la muestra con obras y documentos ligados a los doctores Almenara y Laguna en ambos casos citados expresamente por Delibes, como el inventario de la casa y pertenencias del primero (en el que se cita su biblioteca médica) y dos ediciones de la obra de Dioscórides Anarzabeo, 'Materia medicinal', traducida y editada por el segundo.
La narración continúa con las primeras ocupaciones formativas y 'espirituales' del protagonista a partir de su ingreso en el Hospital de Niños Expósitos: el aprendizaje de las primeras letras (véanse el catecismo y la cartilla de la doctrina cristiana que se exponen) y su trabajo como limosnero, explícitamente descrito con 'platos limosneros' originarios de Nuremberg, de hacia 1500, y campanillas litúrgicas de Malinas de mediados del siglo XVI, bajo una hermosa tabla de la Asunción de la Virgen en la que se recogen las mismas letanías entonadas por el pequeño Cipriano en sus labores petitorias por las calles de Valladolid.
Tras acabar la carrera de leyes y conseguida la hidalguía, el discurso expositivo se detiene en la ocupación laboral del protagonista, esto es, el mercado de la lana y la venta de manufacturas textiles.
Así, la carta de concesión de Feria a Medina de Rioseco por los Reyes Católicos y sus posteriores confirmaciones otorgadas por Doña Juana y el Emperador, en todos los casos embellecidas con ricos miniados, recrean las alusiones al mercado riosecano; el retrato de Simón Ruiz, el gran hombre de negocios de Medina del Campo (Círculo de Juan Pantoja de la Cruz, hacia 1595), nos muestra la imagen poderosa del mercader de lienzos que, tras enriquecerse gracias al comercio internacional, alcanza la condición nobiliaria y se convierte en un influyente financiero. De otra parte, varias obras artísticas de la época relacionadas con la indumentaria recuerdan el oficio del personaje y su más importante creación: el 'zamarro de Cipriano'. Entre otras, cabe destacar, una tabla atribuida al Maestro de Becerril, fechada en 1533, en la que el donante, Antonio de Cuéllar, aparece cubierto con un 'zamarro aforrado' muy similar al descrito en la novela, y dos relieves de Fray Rodrigo de Holanda, de hacia 1530, que nos muestran la indumentaria masculina y femenina del momento.
El foco erasmista
Los documentos expuestos en este apartado de la exposición están relacionados, en su mayor parte, con la familia de los Maluenda, los grandes comerciantes burgaleses mencionados expresamente en la novela, con quienes Salcedo mantiene varios negocios.
'El conventículo de los iluminados' es el título que encabeza el tercer capítulo, cuya trama recrea las vivencias de los componentes del foco erasmista de Valladolid. Es ahora cuando cobran vida varios de los personajes claves del relato: el Doctor Cazalla, su hermano Pedro y la madre de ambos, doña Leonor de Vivero; Carlos de Seso, Ana Enríquez, con quienes Cipriano Salcedo mantiene una relación fraternal de testimonios secretos y temores compartidos.
La vicisitudes de los 'herejes' se recrean a través de un variado repertorio de obras artísticas de carácter religioso entre las que cabe destacar una escultura de San Pedro, de Alejo de Vahía; un relieve flamenco de la Misa de San Gregorio y, quizá una de las más valiosas obras expuestas, un Crucificado de Alonso Berruguete, encargado en 1537 por el banquero Diego de la Haya para su capilla familiar. De otra parte, se exponen uno de los escasos originales conocidos de la denominada 'Biblia del Oso' publicada en Basilea en 1569 es la primera traducción íntegra de la Sagrada Escritura a la lengua española y un documento excepcional para ilustrar este capítulo: el inventario de la auténtica casa de Leonor de Vivero, es decir el 'conventículo de los iluminados' de la novela; compuesto tras la muerte de doña Leonor, ocurrida en 1588 un año antes de los autos de fe, en él se describe con todo lujo de detalles cómo era y qué enseres había en el escenario de estas reuniones, antes de su derribo.
El cuarto capítulo de la exposición lleva por título 'El auto de fe' y está dedicado a la magistral descripción que hace Delibes de los sucesos ocurridos durante un año largo de detenciones, penalidades, comparecencias, testimonios, torturas y delaciones, que culminan con la terrible ceremonia del auto (en la novela, los autos de fe celebrados en Valladolid el 21 de mayo y el 8 de octubre de 1559, están refundidos en uno solo). Antes de llegar a las representaciones gráficas que conocemos de él, se muestran obras y documentos relacionados directamente con las instituciones y los personajes que protagonizan el cruento ritual.
Carlos V y Felipe II, monarcas bajo cuyos reinados se desarrollan los hechos narrados, aparecen en diferentes tipos de representación, siendo seguramente la anamórfica del Emperador la más singular de todas por la deformación característica de este tipo de retratos que obliga a contemplarlos desde una perspectiva perpendicular al cuadro.
El cortejo inquisitorial
En el lado opuesto de la narración estarían los reos del proceso inquisitorial, tres de los cuales: el doctor Agustín Cazalla, Carlos de Seso y Ana Enríquez, son los protagonistas de otros tantos documentos en los que aparecen sus respectivas firmas. Un grabado alemán titulado 'Hispanisse Inquisition', compuesto antes de concluir el siglo, y otros posteriores que se inspiran en él, nos ofrecen una descripción gráfica que creemos muy fidedigna sobre cómo deió de ser la ceremonia inquisitorial de mayo de 1559. En ellos se muestran simultáneamente 'en relato continuo' sus episodios más significativos: la 'procesión de la Cruz Verde' que entra en la Plaza Mayor, el auto de fe propiamente dicho con la lectura de las sentencias, el cortejo de los condenados a lomos de asnos hasta la hoguera y la escena final del «quemadero» situado en las inmediaciones de la Puerta del Campo.
La exposición tiene como epílogo un espacio dedicado al autor y su obra, en el que se muestran: el manuscrito original de 'El hereje', notas y observaciones escritas para su elaboración, las fuentes históricas utilizadas en el proceso de creación del libro, y dos excelentes retratos de Miguel Delibes, firmados por John Ulbricht y Eduardo García Benito, que marcan el final del recorrido de una exposición que rinde homenaje al escritor vallisoletano, justamente cuando se cumplen los quince años de la publicación de su última obra.
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