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Un veterinario examina una garrapata en un tubo de ensayo / El Norte
La Junta toma muestras de garrapatas para prevenir riesgos sanitarios
SANIDAD

La Junta toma muestras de garrapatas para prevenir riesgos sanitarios

Sanidad analizó 22 ejemplares en 2012 en busca de patógenos portadores de enfermedades

NACHO SÁEZ

Lunes, 12 de agosto 2013, 13:58

Las garrapatas son parásitos de color marrón oscuro, tan pequeñas como la cabeza de un alfiler o tan grandes como una semilla de girasol , según el momento de su ciclo biológico. Pueden alcanzar un tamaño de hasta dos centímetros y pueden transmitir virus, bacterias y parásitos. Viven, preferentemente en áreas cubiertas de hierba y boscosas, y muestran una mayor actividad con temperaturas suaves y con mayor nivel de humedad. Para completar su ciclo han de chupar sangre de animales o personas, momento en el que pueden contagiar enfermedades, aunque no todas las garrapatas están infectadas. La Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León considera que estos parásitos se presentan como un peligro para la salud de los castellanos y leoneses y que las medidas de prevención para evitar su fijación deben ser conocidas y observadas por la población.

Además, la extirpación de los ejemplares fijados la deben realizar preferentemente los profesionales sanitarios con pinzas. Por ello, Sanidad, continúa desarrollando, a través de la Agencia de Protección de la Salud y Seguridad Alimentaria, un programa para la prevención y el control de las antropozoonosis transmitidas por garrapatas. Las actividades que se realizan en el marco de dicho programa se incluyen entre las que se llevan a cabo para prevenir los riesgos ambientales biológicos transmitidos por vectores.

En colaboración con el laboratorio de Parasitología de la Universidad de Salamanca, Sanidad ofrece al sistema asistencial de Castilla y León el dispositivo para la identificación de las especies de garrapatas fijadas en las personas, a partir de las que son retiradas y remitidas para su estudio. Tras su clasificación taxonómica e identificación, los laboratorios estudian su posible infección por determinados patógenos como Borrelia burgdoferi, rickettsia, ehliquias/anaplasmas o Francisella tularensis. Conocer la especie implicada tiene interés epidemológico, ya que determinadas especies actúan habitualmente como reservorios (vectores) de agentes de enfermedad como el causante de la enfermedad de Lyme.

Esta es contagiosa para los humanos, pero no puede ser transmitida directamente a través, por ejemplo, de un perro. Una persona solo se puede contagiar de dicha enfermedad, si una garrapata infectada le pica. Se propaga hacia las articulaciones y sistema nervioso y puede afectar a otros órganos en su etapa más avanzada. Produce cuadros de fiebre, anorexia, poliartritis, miopatías y adenopatías. Algunas garrapatas también portan patógenos que provocan la fiebre exantemática mediterránea o fiebre botonosa, endémica en determinadas zonas de Castilla y León. Esta es transmitida por la garrapata del perro y comienza de forma súbita con escalofríos, fiebre alta, dolores articulares y musculares, dolor de cabeza y fotofobia. También pueden producirse lesiones cutáneas que pueden aparecer en el lugar de la picadura de la garrapata o en otras zonas de la piel, como el tronco y las extremidades.

Los lugares comunes para la picadura de una garrapata en una persona incluyen la parte de atrás de las rodillas, el área de la ingle, las axilas, las orejas el cuero cabelludo y la parte de atrás del cuello. Puede provocar también enfermedades víricas como la encefalitis, la fiebre Q, que origina fiebre, neumonía, hepatitis y endocarditis, o anemia hemolítica, especialmente grave en inmunodeprimidos y en la que puede desarrollarse una infección recurrente o crónica.

Remisión voluntaria

Los servicios territoriales de Sanidad y Bienestar Social, a través de las secciones de Higiene de los Alimentos y Sanidad Ambiental, informan al sistema asistencial de su ámbito territorial (centros de salud y hospitales) del método científicamente acreditado como de menor riesgo para la retirada de garrapatas. Los responsables les dotan de las pinzas indicadas para la retirada y del material necesario para su conservación y remisión hasta el respectivo servicio territorial. Dicha remisión de las garrapatas para su estudio es, por otra parte, voluntaria por parte de los profesionales sanitarios que las retiran de las personas.

Tardan varias horas en transmitir la enfermedad si están infectadas

La Consejería de Sanidad ofrece una lista de recomendaciones para prevenir las enfermedades transmitidas por garrapatas. Aconseja, en primer lugar, usar camisas y pantalones de manga larga para prevenir que las garrapatas entren en contacto con la piel; también colocar el extremo de los pantalones dentro de los calcetines para dificultar que alcancen la piel. Además, las ropas de colores claros facilitan localizar las garrapatas. Subraya, de la misma manera, que al exponerse a zonas de mayor riesgo, es bueno aplicarse repelentes, preferentemente sobre la ropa siguiendo las instrucciones que estos traen para ayudar a prevenir enfermedades como las que pueden sobrevenir si uno se sienta en el suelo en sitios con vegetación o si no camina en el medio de los senderos segados.

Es responsabilidad de cada uno, mientras, tomar medidas para dificultar la llegada de estos parásitos al hogar. Uno debe desparasitar a los animales de compañía y segar la maleza próxima a las zonas de paso y lugares habilitados. La higiene también es fundamental. Al final del día, o cuando uno regresa a casa, hay que revisarse la piel, el cabello y la ropa con mucho cuidado. «Es muy importante quitarlas tan pronto como se detecten, ya que se disminuye la posibilidad de infección. Si las garrapatas están infectadas no transmiten la enfermedad hasta que han estado fijadas durante horas», explica Sanidad, que subraya, además, que «las garrapatas adheridas deben retirarse con pinzas de punta fina, preferentemente por personal sanitario, sujetándolas tan próximas a nuestra piel como sea posible». «Otros sistemas no son seguros», añaden.

Recomienda, por último, lavar cuidadosamente con agua y jabón la zona de la que retiró la garrapata. «Si durante los días siguientes observa algún cambio en esa zona o presenta fiebre u otros síntomas, debe acudir a su médico».

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