Vallisoletanos bajo la sombra de Pastor
Pastor ha sido el mentor de una generación de técnicos que ahora buscan triunfar en Asobal
VÍCTOR GUTIÉRREZ
Lunes, 5 de agosto 2013, 18:21
Cuando Juan Carlos Pastor llegó al banquillo del BM Valladolid en 1995 nació una «escuela filosófica» en el balonmano español. La academia tenía su sede en Huerta del Rey y desde allí el maestro con sus discípulos crearon un forma de juego novedosa y pocas veces vista en las canchas. Basaron la defensa más en la inteligencia táctica del jugador que en su capacidad física y en el ataque muchas veces prescindieron de los lanzadores para apostar por la continuidad de balón a los extremos o por el juego con el pivote. Al principio, los aficionados acostumbrados al estilo alemán o de los equipos de Europa del Este les miraban raro; no obstante, con el tiempo el juego caló y gustó a amigos y enemigos. Pastor fue el inventor de un nuevo balonmano, el creador de una filosofía de juego que ahora continúan evolucionando entrenadores de primer nivel como Jota González en el Naturhouse La Rioja, Nacho González en el Cuatro Rayas Valladolid y un técnico un poco más díscolo, Dani Gordo, en el Reale Ademar .
En la antigüedad, la trasmisión de conocimientos entre el maestro y los discípulos era una costumbre extendida y muy práctica. Por ejemplo, Sócrates fue un filósofo ateniense que vivió en el siglo V a. d. C. y que tuvo bajo su cuidado a un aprendiz y discípulo llamado Platón que con el tiempo se convirtió en una de las figuras históricas más importantes en el pensamiento de Occidente. A su vez, Platón fundó una escuela para trasmitir sus conocimientos llamada 'La Academia' donde recibió clases un joven pensador llamado Aristóteles, quien alcanzó una fama igual o incluso mayor que la de su mentor. Salvando las distancias, una situación parecida se ha vivido en las canchas de balonmano vallisoletanas donde técnicos con enormes conocimientos han volcado sus enseñanzas en una serie de alumnos aventajados. Estos han asimilado la instrucción, han hecho suyas las tácticas de juego, han evolucionado el sistema y ahora están listos para triunfar en Asobal.
La inteligencia por bandera
La idea de juego que tenía Pastor fue tan novedosa que en un primer momento solo la comprendió a la perfección «el central por excelencia», Raúl González. Él plasmó en el campo los conceptos del entrenador vallisoletano y fue capaz de poner en práctica un sistema de juego que primaba la inteligencia y no tanto las condiciones físicas del jugador. Los alemanes, los croatas, los serbios, los húngaros y un largo etcétera de grandes escuelas de balonmano se caracterizaban por sus defensas rocosas. Buscaban bascular con el balón cerrando muy bien los seis metros y tratando de forzar que siempre que se produzca un lanzamiento sea en la situación más incómoda posible.
La escuela vallisoletana también conoce estas prácticas, pero con Pastor evolucionaron y fomentaron el robo de balón así como la búsqueda de faltas en ataque para conseguir salir al contragolpe. La posición en el campo se convirtió en algo capital y mediante el amago (que todos los canteranos conocen como 'pica y baja') y la interceptación de pases gracias a la presión cambiante de los jugadores se consiguió que extremos veloces pudieran correr al contragolpe y marcar goles fáciles.
En el ataque, la escuela vallisoletana ha optado por adaptarse a la características de sus jugadores sin olvidar ciertos conceptos básicos de juego. La continuidad de la jugada, el buscar un pase más siempre que se pueda para lograr el lanzamiento más efectivo, en definitiva, el ser más listo que el contrario es algo que han tratado de trasmitir a sus jugadores este grupo de técnicos. Ahora bien, tampoco se ha dejado de lado a lanzadores y prueba de ello es la larga lista de excelentes laterales que hicieron en la capital del Pisuerga sus mejores años deportivos: Julio Fis, Eric Gull o Alen Muratovi entre otros
Además, en Valladolid residen otros muchos técnicos que han aportado su grano de arena a los éxitos deportivos trabajando principalmente con la cantera. Uno de los más veteranos es Agustín Alonso, Tinín, quien ahora se encuentra al frente del Balonmano Uva que jugará en Primera Nacional la próxima temporada. Otro ilustre de las canchas y que ahora supervisa la labor de cantera de La Enseñanza es Carlos Colmenero, quien en el pasado entrenó a equipos profesionales. Álvaro Senovilla, Raúl Álvarez, Rubén Carrasco, Margareto, Eduardo Izquierdo, Joaquín Velasco o Miguel Ángel Peñas son más nombres de futuro y presente que ya muestran sus credenciales en los banquillos.
La consagración de un estilo de juego
Aunque la tarea que han realizado estos entrenadores ha sido de años, la realidad es que hay dos momentos en la historia del balonmano que hicieron que se afianzara este estilo de juego y que se reconociera internacionalmente. El más importante fue la victoría en la final del Mundial de Túnez 2005, cuando la selección española dirigida por Pastor y repleta de jugadores y exjugadores del Balonmano Valladolid barrió de la cancha a una poderosa selección croata.
Ahora bien, el título que más ilusionó a Valladolid fue la Recopa del 2009. Es cierto que no fue un partido memorable por su juego, pero se ganó y por primera vez se puso en la vitrinas de Huerta del Rey una copa Europea.
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