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Ferrer-Dalmau posa junto a una de sus obras. / Andrea Bruiz
«Yo pinto los cuadros, pero Pérez Reverte los escribe»
Valladolid

«Yo pinto los cuadros, pero Pérez Reverte los escribe»

Entrevista con Augusto Ferrer-Dalmau, pintor ecuestre militar

Aitor Jiménez López

Martes, 30 de julio 2013, 20:53

Tras una mañana repleta de formalidades en la ciudad que actualmente inspira su obra, Augusto Ferrer-Dalmau conversa con amigos en la segunda planta de su editorial. Ha sido un día especial. Una de sus obras, «La toma de Biutz», ha sido entregada al Grupo de Regulares de Ceuta nº 54, con la Sala Municipal de Exposiciones de la iglesia de las Francesas como testigo de excepción. Su rostro dibuja una media sonrisa. El brillo de sus ojos denota felicidad, satisfacción, amor por su trabajo.

Una innumerable lista de corazonadas completan su vida hasta el momento. Es posible no compartir sus ideas, e incluso ser opuesto, pero lo que es seguro es que su forma de enfocar las cosas no deja hueco para la indiferencia.

-Rebosa satisfacción...

-La verdad que sí. Cuando tú dejas un cuadro a una unidad, pintado por ti y en este caso a los Regulares, que es la más laureada del ejercito español, pues hace ilusión.

-¿Cuál es el origen del cuadro?

-Se pintó para la Asociación Retógena, de difusión militar. Y ellos han tenido el detalle de donar la obra. Como autor del cuadro, he estado presente.

-Ha dedicado su obra a más temáticas pero, ¿Qué le hizo decantarse por los cuadros militares?

-Siempre me ha gustado el tema militar, pero cuando empiezas en el mundo del arte sigues el recorrido de las galerías. En una exposición sobre tauromaquia que hice, decidí incluir un cuadro militar. Y tuvo una repercusión impresionante. Desde entonces, como me gustaba el tema y notaba la aceptación de la gente, no paré.

-¿Le hubiera gustado ser militar?

-Sí, quería serlo. Era mi vocación, pero fui mal estudiante.

-Su actual oficio, ¿fue una manera de ver cumplida una parte de su sueño?

-Totalmente. De manera indirecta, pero sí, tengo una relación con el mundo que me ha apasionado desde pequeño.

-¿Qué le llevó a vivir en Valladolid?

-No había estado nunca en la ciudad, pero un día vine a conocer a mi editor, que tiene aquí la editorial, y me gustó. Me gusto muchísimo. La primera impresión fue «me gusta, me quedo aquí». Y así fue. Ya llevo tres años. Estaba cansado del nacionalismo catalán. Vivo por impulsos y según las circunstancias. No sé donde viviré en unos años.

-¿Siempre ha sido así?

-Siempre. Cuando trabajaba en la industria textil me iba muy bien, pero un día le dije a mi padre que quería ser pintor (risas). ¿Por qué no? Hay que seguir los impulsos...

-¿En Valladolid encuentra la inspiración necesaria para seguir dibujando?

-Sí. Aquí tengo la tranquilidad y la comodidad que me hace falta. Tengo todo cerca y además evito el estrés de las grandes ciudades.

-¿Ha notado un cambio de tendencia en sus obras?

-Me he vuelto más preciso. Gracias al trabajo de la editorial Galland Books, al paso de los años, pero sobre todo a estar cerca de mi entorno y mis amigos. Pérez Reverte, Alfonso Ussía, con los que tengo una grandísima relación vienen muchas veces aquí, y antes estando en Barcelona era más complicado.

-Muy curioso el comienzo de su amistad con Pérez Reverte...

-Hace ya muchos años vino a una exposición y me dijo que le gustaban mucho mis pinturas. Desde entonces siempre hemos tenido un buen entendimiento y una gran amistad.

-¿Ha influido en sus cuadros?

-Por supuesto. Cada vez que pinto uno, por norma general, voy a Arturo y le digo que me eche una mano. Yo pinto el cuadro pero él lo escribe. Me da argumentos, ideas y me gusta. Hacemos un equipo muy bueno. También tengo gran relación con Ussía, Carrascal... Tengo buenas relaciones con gente de los medios de comunicación.

-¿Y eso le ha beneficiado? ¿Le ha abierto puertas?

-Me ha beneficiado pero también me ha perjudicado.

-¿En qué?

-Tengo unas amistades que según el sector, no gustan. Sus enemigos también han pasado a formar parte de los míos. Lo eran antes, pero no lo sabían. En cualquier caso, ser amigo de ellos lo que realmente ha conseguido es que me reafirme en mis ideas.

-¿Plasma esas ideas en sus cuadros?

-Ojalá consiguiera que con mis cuadros la gente sintiera un poco de orgullo de su historia. Vamos por buen camino.

-¿Qué significaría para usted ser nombrado artista oficial del ejercito?

-Sería un honor y un orgullo. Sería el primer artista español en conseguirlo. En países como en Francia o Italia sé que los ha habido, pero aquí nunca. De todas maneras yo lo hago sin tener título oficial.

-Se puede decir que incluso ya ejerció en Afganistán...

-Todo surgió como una broma. Me lo propusieron y les dije que si realmente me llevaban, les pintaba el cuadro y se lo regalaba. Así que finalmente se concretó y me mandaron para allí. La idea era que fuera un homenaje a los soldados que habían muerto. Arturo Pérez Reverte me asesoró con el cuadro y transcribió una frase detrás del lienzo, Alfonso Ussía presentó el libro y Carrascal le dedicó artículos. No solo fue mío el homenaje.

-¿Es consciente del rechazo que supone la tendencia patriota?

-Sí, hombre, sí. Sé que a mucha gente no le gusta y que lo ven como algo trasnochado, violento o incluso fascista. Estoy muy lejos de eso. Siempre se ha vendido el patriotismo como algo de la derecha.

-¿Cómo definiría su ideología?

-Español... Nada más.

-¿Vota?

-Siempre. Aunque sea en blanco. Creo en la democracia, aunque no me gustan muchas cosas de las que pasan. La clase política se está haciendo mucho daño a sí misma.

-¿Cree que los soldados españoles son movilizados por los intereses de las personas o por los del país?

-Por los intereses de un país. Decididos por los políticos, que a su vez han sido elegidos por los ciudadanos.

-¿Cómo ve su futuro artístico?

-La técnica va evolucionando. No sé si hacia el realismo o hacia el impresionismo. No pinto igual que hace diez años.

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