El campo de Serrada se llena con un centenar de vistosos espantapájaros

Botellas y tubos de plástico, sombrillas de playa en desuso, botes de refrescos, cartón, periódicos antiguos y ropa vieja son algunos de los elementos necesarios e imprescindibles para confeccionar un espantapájaros u ochenta. Al menos así lo demostraton todos los participantes en la novena edición del Día del Espantapájaros en Serrada, quienes desde primera hora de este sábado se pusieron manos a la obra para llenar un terreno baldío de titularidad municipal de monigotes. Según cuenta la leyenda, en una noche de julio en la localidad de Serrada se celebraba una reunión de labriegos, quienes se pasaban hasta la madrugada bailando y bebiendo alrededor de un espantapájaros que ellos mismos realizaban con el único fin de ahuyentar a los malos espíritus y atraer las buenas cosechas.

Este centenario ritual aún sigue vigente en el municipio y cada año congrega a más familias de Valladolid, que se acercan hasta Serrada para participar. El Ayuntamiento de Serrada, promotor de esta actividad desde hace ocho años, facilitó parte del material a los más de 120 participantes en esta edición, cuyo objetivo final es convertirse en un encuentro intergeneracional.

Comenzó a las 10:00 horas en la Plaza Mayor donde los técnicos locales de desarrollo del municipio hicieron entrega de los materiales a todos los participantes. Media hora más tarde y en el patio del albergue municipal se procedió a la creación de ochenta espantapájaros que fueron colocados en el campo anexo al centro cultural integrado de la localidad a las 18:30 horas. Estos nuevos vecinos permanecerán instalados hasta que su cuerpo aguante.