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Adriana Bañares. / M. Á. SANTOS
Bañares muestra su 'Ánima esquiva'
POESÍA

Bañares muestra su 'Ánima esquiva'

La poeta riojana presentó en Valladolid su último poemario escrito «con las vísceras»

ViIRGINIA T. FERNÁNDEZ

Sábado, 4 de mayo 2013, 22:25

Adriana Bañares Camacho (Logroño, 1988) es 'La niña de las naranjas'. Así se llama su blog y con este nombre vio la luz una de sus publicaciones, en 2010. Adriana es también Awixumayita, un pseudónimo virtual con el se mueve en las redes sociales como pez en el mar de oportunidades que le ofrece la Red. La joven riojana, que estudia Filosofía en la Universidad de Valladolid, se ha labrado una estela literaria gracias a Internet, a su capacidad para trabajarse la difusión de su personalidad creativa, y a una temprana vocación literaria que ha volcado en múltiples iniciativas en el mundo de las letras.

Su última incursión editorial, 'Ánima esquiva', se debe a la joven editorial Origami, que en 2011 ya le publicó 'La involución crítica'. La librería vallisoletana A pie de página ha sido esta semana un alto en el camino en una gira promocional que llevará a Adriana en mayo a Zaragoza, Barcelona y Valencia. «Es un poemario un poco friki», reconoce la escritora, quien ha transitado por un túnel un tanto tétrico para crear a lo largo de las páginas de 'Ánima esquiva' todo «un catálogo de monstruos, de muñecos vivientes y animales disecados. Una temática un poco de serie B», asegura la escritora. «Los otros poemarios eran un poco más personales, hablaban más del yo», reflexiona.

Militante del 'antiestilo'

Ya en obras anteriores Adriana se había sumergido en temas oscuros para desnudarse por dentro y mostrar textos en los que abunda el sexo, lo sangriento y el dolor, haciendo uso de formas poéticas en las antípodas de la ortodoxia poética. «Yo no pensaba que lo que escribía se pudiera considerar poesía», dice la poeta. Javier García Rodríguez, profesor de la Universidad de Valladolid, fue uno de los que le animó a mover 'Anima esquiva'. Él le invitó «a quitarse de etiquetas y a olvidarse de la poesía que nos han enseñado siempre. La poesía no solo es el endecasílabo y la rima asonante», cuenta Adriana. A pesar de todo, la riojana no desdeña la tradición. Aunque se siente más identificada con autores como David Foster Wallace, cita a los poetas del 27 y en especial la obra 'Poeta en Nueva York', de Lorca, como sus hitos poéticos.

La joven milita en el 'antiestilo'. Cabalga sin complejos entre lo lírico y lo narrativo pero, por encima de todo, escribe desde las entrañas, «con las vísceras». 'Víscerales' (Ediciones del Viento, 2011) es uno de los libros colectivos (de relatos) en el que Adriana figura junto a consagrados como Vila-Matas. Y con esta actitud que huye de etiquetas estéticas, con la espontaneidad por bandera, ha seducido a generaciones anteriores a la suya: «Me sorprende que me cite gente bastante mayor». Uno de sus logros es haber conseguido que Eduardo Fraile y Antonio Piedra le publicaran en la Fundación Jorge Guillén el poemario 'Engaño progresivo'.

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