El consumo de pastillas para dormir crece el 5,6% desde el comienzo de la crisis

Es casi imposible desvincularlo de la crisis. Entre los muchos datos que analiza la Encuesta Nacional de Salud, resultan especialmente relevantes los que afectan al consumo de medicamentos, el 57,1% de la población declara haberlos tomado en las últimas dos semanas. Y no su cantidad, que se mantiene en similares parámetros a los de 2006 año de la última encuesta y previo a la recesión económica y sus efectos, sino respecto al tipo de fármaco que ha entrado en las necesidades de los ciudadanos.

Los datos de este trabajo del Instituto Nacional de Estadística sobre salud revelan que mientras hace cinco años el 11,8% de los encuestados reconocían tomar de forma habitual tranquilizantes, relajantes o pastillas para dormir, esta cifra se ha disparado en casi seis puntos, en un 5,6%, hasta alcanzar el 17,4%. Por sexos, tanto en 2006 como en la nueva encuesta encargada por el Ministerio de Sanidad, de 2011-2012, se revela que es la mujer la que más consume este tipo de fármacos. Sin embargo, mientras las distancias de hace un lustro eran tan solo del 2,3% de uso femenino, en la nueva investigación la balanza se inclina en 9,6 puntos porcentuales hacia la mujer. Es más, es ella la que ha provocado este gran aumento en los somníferos porque en los varones hay incluso un descenso, del 1,7%, en estos años. En cuanto al consumo de antidepresivos y estimulantes, se mantiene prácticamente el número de personas que recurren a ellos, en torno al 6,1%.

Desde la Sociedad Castellano y Leonesa de Médicos de Familia y Comunitaria, su presidente, Fernando García Martín, destaca que en las consultas de Atención_Primaria «sí se ha detectado un aumento de la prescripción, pero no de la prevalencia, no de los diagnósticos de estas patologías psiquiátricas, de depresión o ansiedad...». Por lo tanto, se puede deducir que «ha aumentado la prescripción de estos fármacos para problemas de insomnio, estrés y similares relacionados con problemas laborales o económicos derivados de la crisis. Los pacientes relatan estas inquietudes, pero no han aumentado las bajas laborales, probablemente por miedo y también porque estas situaciones de ansiedad se dan especialmente en las personas que han perdido su empleo».

En cuanto a su comparativa con el resto de España, el porcentaje de Castilla y León es ligeramente superior al de la media, del 17,4% frente al 16,9%, y es un dato que se dispara en Asturias (28,7%), Galicia (21,4%) y País Vasco (19,9%).

Valoración general

La encuesta de salud, un estudio periódico que el Ministerio de Sanidad realizó por primera vez 1987, analiza y compara la frecuentación a los servicios sanitarios, accidentes domésticos, problemas de obesidad o colesterol y hasta si hay ruidos en la vivienda. Los nuevos datos constatan que el 74,6% de los habitantes de esta comunidad, frente al 75,3% nacional, valoran positivamente su salud, pero en la distinción entre buena y muy buena ha experimentado un descenso de las mejores notas. Es decir, que mientras en 2006 el 22,46% se sentía de forma excelente; en 2012, ya solo se siente así el 16,6%. Crece en cambio del 51,59% al 59,8% la valoración de buena y aumenta la calificación de muy mala salud del 0,71% al 1,1%. En una comparativa nacional, ambos sexos se sienten peor en esta autonomía, y especialmente las mujeres, que muestran peores valoraciones.

Sin embargo, y pese al envejecimiento de la población castellana y leonesa, los datos de enfermedades crónicas (el 44,8% sufre alguna) son ligeramente inferiores a la media, aunque, como en el conjunto de España, los resultados revelan un aumento de las patologías crónicas. Hipertensión arterial, colesterol elevado, obesidad y diabetes siguen su tendencia ascendente.

Los datos de citas con los médicos revelan una mayor frecuentación en la autonomía que la media. El 41,5% acude al menos una vez al mes (36% en el conjunto nacional). El 34,3% ha visitado al médico de familia o pediatra en las últimas cuatro semanas (28,7% es el porcentaje nacional). También en especialidades hospitalarias, con un 16,1% de personas que tienen consulta cada mes, supera en casi dos puntos los registros de toda España. Son datos claramente relacionados con el envejecimiento de la población. En cambio, el empleo de los servicios de urgencias, con un 25% de personas que declaran haberlos usado en el último año, es inferior al 28,3% de la media estatal.

En cuanto a los tiempos de respuesta asistencial en este nivel de emergencia, Castilla y León disfruta de unas buenas ratios, dado que el 39,8% logra asistencia en menos de quince minutos, un 12% más que la media nacional, y solo el 11% (frente al 12%) sufre una demora de más de tres horas en la atención.

Dependencia

En cuanto a la dependencia funcional, la encuesta no detecta los esperados peores resultados, dado el envejecimiento de sus habitantes, y es más baja que en la mayoría de las comunidades. Registra Castilla y León que el 61,1% de su población mayor de 65 años (el 53% nacional) no presenta problemas de dependencia funcional.

El número de fumadores baja al 24%, desde el 26,4% de 2006 en toda España. En la región se sitúa en el 22,8% y el de exfumadores es de 22,9%, mayor que el nacional, del 19,6%. Son las mejores cifras en 25 años. Otros datos que revela el trabajo es que el 49,2% de los mayores de 15 años consume con regularidad alcohol (el 50,7% en España).

La encuesta detecta también el descenso de la población vacunada con la antigripal o la moderación de la automedicación.