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J. SANZ
Viernes, 14 de diciembre 2012, 10:12
El valor de los daños causados por las explosiones en las cinco sucursales asaltadas en el último mes por la 'banda del acetileno el gas utilizado para las deflagraciones' duplica con creces el botín conseguido por los ladrones. La reconstrucción de las cuatro oficinas más afectadas costará más de 40.000 euros mientras que los cinco cajeros destrozados en el último golpe solo lo quemaron están valorados en una media de 20.000. En total son más de 140.000 euros las pérdidas materiales frente a los 63.000 euros en efectivo que se llevaron los delincuentes en cuatro de las entidades, según confirmaron ayer fuentes del sector bancario.
Eso en cuanto al capítulo económico puro y duro, ya que cuatro de las cinco oficinas asaltadas, todas menos la del Santander de Villa del Prado solo el cajero está inutilizado, permanecen cerradas hasta «nuevo aviso» y solo en una de ellas (la de Cajamar de Aldeamayor) se están llevando a cabo obras de reconstrucción. Las otras tres (dos de Caja España-Duero en Arroyo y Sardón y una del Barcleys en La Victoria) lucen carteles en sus fachadas en los que no aclaran si volverán a abrir o si simplemente van a cerrar sus puertas de forma definitiva.
Así que las cajas y bancos afectados han tomado ya medidas para «minimizar en lo posible tanto los riesgos como las pérdidas», que se traducen, por ahora, en la reducción del dinero disponible en los cajeros. Para ello, la mayoría han reducido el intervalo de tiempo en el que recargan sus cajeros para que «nunca tengan grandes cantidades» como ocurría hasta ahora al efectuar esta operación semanalmente. A esta medida de seguridad hay que añadir un aumento de la sensibilidad de las alarmas de las sucursales y un incremento de la vigilancia policial durante las madrugadas en aquellas oficinas situadas en zonas aparentemente sensibles.
Y eso es lo único que pueden hacer a corto plazo para blindarse en la medida de lo posible contra esta oleada de robos sin precedentes cometidos, en apariencia, por una misma banda por el más que expeditivo método de volar los cajeros inyectando una mezcla de gas acetileno con oxígeno a través de una ranura para después provocar la explosión con un cable conectado a una batería o a unas simples pilas.
Tinta, detectores y agujeros
Los responsables de seguridad de Caja España-Duero, Cajamar, BBVA (el único banco que no ha sufrido un asalto que acudió a la cita), Santander y Barcleys Bank se reunieron ayer con el subdelegado del Gobierno, José Antonio Martínez Bermejo, y con dos altos mandos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional un comandante y un comisario para buscar soluciones contra los golpes de la 'banda del acetileno'.
Los representantes de las distintas entidades explicaron que estudian en paralelo la posibilidad de aplicar distintas medidas de seguridad pasiva como perforar los cajeros para evitar la estanqueidad que permite acumular gas en su interior, instalar detectores de gas para hacerlo entrar en combustión antes de la explosión o colocar cartuchos de tinta que impregnen los billetes en caso de deflagración. Pero todas ellas son «medidas que podrían aplicarse en un largo plazo».
Las que ya están en marcha pasan por la elaboración de «un mapa de riesgo» de las entidades que se encuentran en lugares aislados más susceptibles de sufrir un robo y por la puesta en marcha «de un plan de seguridad para incrementar la vigilancia en estos puntos sensibles», según resumió ayer el propio subdelegado al término de la reunión.
El responsable de los Cuerpos de Seguridad hizo también un llamamiento a la colaboración ciudadana ante la presencia de vehículos o personas sospechosas en las sucursales.
Robo de bombonas del mismo gas en Segovia
Los trabajadores de una empresa de carpintería metálica situada en el polígono industrial El Cerro, en la capital segoviana, descubrieron el pasado lunes que durante el puente anterior la nave había estado cerrada desde el miércoles anterior habían sufrido un robo en el que los ladrones buscaban un botín concreto, como eran las bombonas de acetileno y oxígeno que tenían almacenadas dentro y fuera de la nave, protegida simplemente por una verja de algo más de dos metros de altura. Los delincuentes lo tuvieron fácil: «Saltaron la valla, luego forzaron la cerradura y se llevaron doce bombonas», relataron ayer las víctimas.
Lo singular del asalto es que la mezcla de los gases que contienen las bombonas sustraídas es la misma que está utilizando la 'banda del acetileno' para volar los cajeros automáticos tanto de la capital como de la provincia vallisoletana.
¿Con destino a Madrid?
Los ladrones escogieron precisamente «las bombonas más manejables», cinco de acetileno (valoradas en 65 euros cada una) y otras siete de oxígeno (45 euros), todas ellas de cinco kilos de peso salvo una más pequeña de oxígeno de dos.
El robo en las instalaciones de la empresa 'Estrametal', situada en el número 9 de la calle Somosierra del citado polígono, se produjo justo antes del último intento de asalto de la 'banda del acetileno' a una sucursal del Santander de Villa del Prado, que tuvo lugar en la madrugada del pasado martes. Los agentes, eso sí, creen sin mucha certeza que el robo de las bombonas pudo ser perpetrado por un grupo diferente para destinar esta misma mezcla de gases a otro tipo de asaltos que están teniendo lugar en la comunidad madrileña. Los ladrones utilizan allí una lanza térmica para fundir la tapa de los cajeros y acceder así al cajetín del dinero.
Pero esa es solo una hipótesis. Lo único cierto es que el botín sustraído en el polígono segoviano tiene un más que evidente destino delictivo para reventar por uno u otro método más cajeros bancarios.
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