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Cuatro Rayas 31 - 25 BM Cangas / M. Á. Santos
Pasito adelante del Cuatro Rayas Valladolid
Cuatro rayas 31 - 25 bm cangas

Pasito adelante del Cuatro Rayas Valladolid

La gran actuación de Héctor Tomas en la portería y un mayor acierto en los lanzamientos otorgan un triunfo balsámico a los de Pastor

V. BORDA

Jueves, 13 de diciembre 2012, 20:18

Cuando un pabellón corea tu nombre es porque has sido el héroe de la jornada. Y Héctor Tomás lo fue. El portero del Cuatro Rayas Valladolid fue decisivo para la victoria, un triunfo que da una buena dosis de oxígeno a los maltrecho pulmones de un equipo que llegaba colista a esta penúltima jornada de la primera vuelta. También hay que destacar que Eilert hizo de Eilert y cumplió como lanzador con ocho dianas. También asumió su rol Víctor Alonso, sin tacha desde los siete metros y clave en momentos complicados. Krivokapic aguantó el tipo en instantes complicados y los jóvenes cumplieron, caso de Félix García, autor de dos goles fundamentales, o César Pérez, ese central que con un tiro de cadera sobre la bocina dejó el average con el BM_Cangas en seis goles. El equipo tuvo sombras, pero esta vez las luces se dejaron ver más.

Ni siquiera algunas raras decisiones arbitrales sacaron a los locales de sus casillas. Un triunfo que supone solo un pasito adelante, pero que lleva implícito que este equipo, con mucho trabajo y quizá con algún refuerzo que aporte desde el primer día, tiene toda la segunda vuelta para sacar la cabeza del pozo. Solo está a un punto de la salvación, posición que ocupa su rival ayer en Huerta del Rey.

Las cosas no empezaron bien para el equipo vallisoletano. El 5-1 defensivo no funcionaba. Los laterales rivales, Rosales y Amarelle, entraban como Pedro por su casa. Eso supuso que el marcador se moviese en guarismos igualados.

Una doble exclusión en el conjunto gallego precipitó que el equipo local abriese la primera diferencia con algo de enjundia en el electrónico. Un siete metros transformado por Víctor Alonso ponía a los amarillos por primera vez tres goles por encima (11-8, m. 22).

Héctor Tomás seguía a lo suyo (nueve paradas en la primera mitad, entre ellas tres penas máximas) y el equipo aguantaba pese a que comenzó a sufrir las primeras exclusiones, las de Félix García, y Ávila. Pero el Cangas no redujo por debajo de los dos goles.

Incluso los vallisoletanos consiguieron dar un arreón en los minutos finales para conseguir la máxima renta hasta ese momento del partido, cinco goles (15-10, m. 28).

Esa misma diferencia es con la que se llegó al final de los primeros treinta minutos (16-11). El Cuatro Rayas había conseguido salir airoso de un primer tiempo en el que las intervenciones de Héctor Tomás, los lanzamientos de Eilert y el acierto de Víctor Alonso desde los siete metros habían permitido una renta cómoda, aunque ni muchos menos decisiva.

Peciña, roja directa

No se llevaban tres minutos de la segunda mitad, cuando una acción defensiva de Peciña provocó que los colegiados mostrasen la roja directa al jugador local. Fue seguramente el peor trago por el que debieron pasar los de Juan Carlos Pastor. La defensa había que retocarla, pero el equipo superó el reto, que se vería complicado por un Ávila que tuvo que jugar lesionado.

El Cuatro Rayas Valladolid mantuvo la renta, que no bajó de cuatro goles antes del ecuador de la segunda mitad. Héctor Tomas seguía a lo suyo y el público comenzó a corear el nombre del guardameta.

La diferencia no menguaba y el técnico visitante decidió realizar una defensa 4-2, con los dos adelantados sobre el joven central César Pérez y el zurdo Víctor Alonso. El partido quedaba para el mando de Krivokapic, con Porras en el pivote y Eilert dispuesto al lanzamiento. Vamos, un regalo.

Los locales estaban seis arriba a falta de siete minutos para el final (26-20). Pero llegaron las acciones pocas afortunadas y los gallegos endosaron un parcial de 0-3. Las alarmas se dispararon en Huerta del Rey. Los miedos afloraron, más en la grada que en el campo. Víctor Alonso, desde los siete metros, ponía de nuevo a cuatro a los hombres de Juan Carlos Pastor. Félix García y Eilert anotaban tras el zurdo y la crisis se superaba (29-24).

Llegó la exclusión de Víctor Alonso, pero el equipo defendió con toda su alma. Solo un gol encajó en inferioridad. Krivokapic, con un tanto de sapiencia, dejaba a cinco de nuevo a los de Cangas de Morrazo (30-25). Los gallegos intentaron reducir el average, con tan supina torpeza que dejaron los últimos segundos de posesión a los locales. El joven César Pérez, sobre la bocina, se sacó un lanzamiento de cadera de esos de la vieja guardia, de central listo, y colocó el 31-25 con el que finalizaba el último compromiso del año del Cuatro Rayas en su propio feudo.

La victoria de ayer no sirve para abandonar las posiciones de descenso, pero permite ver que la salida de los infiernos es posible. Una victoria ante un rival directo, un BM_Cangas que aún no ha estrenado su casillero de triunfos a domicilio. La senda para salir del agujero es la de ayer, sufrir hasta que los colegiados señalen el fin del partido. Queda toda la segunda vuelta y ya llueve un poco menos.

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