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Un hombre observa las aves de la pajarera a través del cristal. / H. SASTRE
El regreso de las 165 aves a la pajarera culmina la reforma de Campo Grande
VALLADOLID

El regreso de las 165 aves a la pajarera culmina la reforma de Campo Grande

Abren dos puntos en la valla perimetral para poder ver más de cerca a los animales ante el reflejo del cristal

J. A.

Miércoles, 28 de noviembre 2012, 22:35

Los 165 inquilinos de la pajarera de Campo Grande han regresado a su casa tras varios meses de realojo en los viveros municipales de Renedo, mientras esperaban a que les reformasen su vivienda habitual. Desde el viernes 16 de noviembre, las gallinas, faisanes, agapornis o periquitos que residen en estas instalaciones se hacen a su nueva vida entre cristales antivandálicos.

Por el momento, la adaptación ha sido buena, según confirman los técnicos de la Concejalía de Desarrollo Sostenible, que explican que durante los primeros días se produjeron algunas colisiones contra el cierre de la vitrina «hasta que han ido cogiendo los límites».

El Ayuntamiento ha decidido abrir en dos puntos el vallado perimetral de forjado que protege este conjunto decagonal, construido en 1930, para que niños y mayores puedan observar mejor las aves. Sin embargo, dependiendo de la hora del día se produce un incómodo reflejo que obliga a pegar la nariz al cristal y a hacer visera con la mano sobre las cejas, si se quiere contemplar esta exposición avícola.

Y es que desde el departamento recuerdan que con el anterior cerramiento de malla se habían producido actos vandálicos e incluso el robo de algunos animales. Además, esta verja no permitía mantener los pájaros en una situación idónea de climatización. No obstante, los técnicos no descartan colocar una claraboya sobre la vitrina o aplicar algún tratamiento en las lunas para lograr una mejor visión si finalmente se confirma que la visión no es la adecuada.

El presupuesto de esta intervención ha alcanzado los 150.000 euros, un inversión que la oposición llegó poner como ejemplo de derroche y que el equipo de gobierno defiende para mantener el esplendor de este parque utilizado por 30.000 vallisoletanos a diario.

La rehabilitación de esta gran jaula, de 50 metros cuadrados de superficie, ha sido prácticamente integral. Se ha sustituido la cubierta y se han renovado cerramientos y vidrios, de manera que la carpintería de los ventanales permite observar a los ejemplares y es resistente ante posibles ataques de vándalos. Ademas, la estructura garantiza la correcta ventilación del espacio para mantener una temperatura óptima.

Situada entre la Fuente de la Fama y la biblioteca, la pajarera alberga entre su fauna palomas, periquitos, cotorras, faisanes dorados y plateados, gallinas de Java, Pekín o enanas, además de perdices, codornices o gallos japoneses. Al espacio recién estrenado se le suma una faisanera, construida en el año 1914 y en la que se guardan palomas mensajeras y otro palomar, situado cerca de la entrada desde Caballería, construido en 1932.

Desde 2007, el Ayuntamiento, en colaboración con Caja de Burgos, ha invertido 1,8 millones de euros en el lavado de cara del histórico parque. Entre las obras, destacan la reforma de las fuentes de la Fama y del Cisne, la impermeabilización del estanque, la sustitución de la tierra de las sendas por calcín de vidrio, que evita la aparición de charcos o mejoras en la iluiminación y el mobiliario.

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