¿Dónde está el kilómetro 21?

Para nosotros los primerizos, pero también para los que no lo son tanto, una media maratón es una aventura, un reto en el que los kilómetros se alargan a medida que se completan. ¿Dónde está el 19? Por favor que llegue ya el 20... ¿Para esprintar? No, para decirle a esa cabeza que ya no sabe qué imaginarse o en qué pensar, que ya queda poco.

Los prolegómenos de la carrera se convierten en una continua leyenda urbana. Un sinfín de rumores que a algunos les ponen los pelos de punta, mientras que a otros les dispara la adrenalina en ese 'come, come' en el que se convierte el calentamiento. «A partir del kilómetro 15 es cuando realmente empieza la media». «Que no, que es a partir del 17». ¿Pero en qué quedamos? La respuesta, en el asfalto. La preparación de cada uno dicta sentencia, aunque sí que es verdad que en la tercera edición de la Media Maratón El Norte de Castilla quizá la más dura, por aquello de la lluvia y el suelo mojado el sufrimiento se agudizó para muchos. Está claro que para el ganador no. En la meta, y con muchos voluntariosos atletas entre los que me incluyo, manta sobre los hombros y botella de agua en la mano, aseguraba que completaría su 'paseo' por Palencia con media hora de trote 'ligero' ya en su Valladolid natal. ¿Más? Si aún no nos habíamos recuperado y solo pensábamos en atracar el camión de la fruta de avituallamiento o en destrozar el envoltorio de la reconstituyente chocolatina.

En la retina, ese paseo de Abdelali Benhenia por una ciudad que se volcó con los corredores. Ese grito inocente de aliento desde fuera logra que las piernas vuelvan a funcionar, aunque sea durante escasos segundos. Se nota, la verdad. También cuando un compañero llega desde atrás y te jalea para que llegues a esa meta que se convierte en el particular El Dorado del corredor popular.

El turismo urbano dura una vuelta la Media Maratón El Norte de Castilla completa dos por Palencia. En la otra, lo mismo te da iglesia que catedral. Aún recuerdo el momento del paso por el campo de golf Isla Dos Aguas. ¡Ay el golf! ¡Qué bonito deporte y qué pausado! Fue el pensamiento de muchos de los corredores al sortear a los 'caddies' que se cruzaron, carrito incluido, por la pista de agua en la que a veces se convirtió el carril bici anexo al río Carrión. La concentración fue importante.

Y justo cuando creías haber pasado lo peor, y tus ojos empezaban a divisar el horizonte y el campus universitario que precede la entrada en la ciudad, una ascensión, cual Alpe d'Huez por aquello de las curvas tan pronunciadas volvía a exigirte ese puntito más, que posteriormente pasaría factura en los últimos kilómetros. Sí, en esos por las calles más céntricas y en las que tu cara se convertirá en la instantánea que ilustrará con humor la carpeta de 'windows' de media maratón 2012. «¡Qué suerte!», piensas con un humor bien entendido antes de coger aire y continuar.

«¿Y el kilómetro 15?», recuerdas después de dialogar con el de al lado, que lleva todavía peor cara que tú. La leyenda urbana de la salida vuelve a tus pensamientos. Y psicológicamente ves el cartelón al fondo. En ese carril bici interminable que recorre Palencia casi de norte a sur. Piensas en lo bien que iba por aquí la primera vez. Las piernas comienzan a cargarse. A unos, los gemelos. A otros, los cuadriceps. Raro es él que no recuerda en esos momentos aquella lesión de la infancia que pasó a los anales, hasta ese mismo momento. Y Abdelali, duchado, cambiado y planificando su próxima carrera... ¡En unas horas!

Los ánimos de Marta Domínguez, un motivo para terminar

A poco más de tres kilómetros para terminar la Media Maratón, los corredores sintieron un calor especial. Las tornas se cambiaron y fue la campeona, la atleta, la que animó a su público. Marta Domínguez no quiso perderse la Media Maratón El Norte de Castilla y animó a los participantes en una recta final que para muchos se hizo eterna. «Vamos, vamos», jaleó a muchos. La palentina observó una prueba que puede ser la suya, después de anunciar que se pasará a la ruta, precisamente con la media maratón en mente.