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FRANCISCO APAOLAZA
Miércoles, 26 de septiembre 2012, 17:32
La fotografía de un hombre buscando en un contenedor de basura en una calle de Gerona publicada en The New York Times es el último torpedo en la línea de flotación de la imagen de España. Pero no uno más. El lunes, don Juan_Carlos visitó la redacción del rotativo neoyorquino para vender país y justo ese día la web del diario tenía colgadas en su portada una decena de imágenes que retrataban con dureza la España de la crisis. Una de esas fotografías fue elegida para llevarla ayer a la portada del papel, un gesto poco diplomático.
La historia de este desencuentro comunicativo comenzó a fraguarse el fin de semana. El Rey viajó a Estados Unidos junto al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, para asistir a la cumbre anual de la fundación del expresidente Clinton, con el fin de contrarrestar la deteriorada imagen de nuestro país en un foro con presencia de financieros y altos dirigentes políticos. De paso, quiso visitar el periódico más famoso del mundo (que también es uno de los de mayor influencia) para explicar a sus directivos la situación española y «deshacer algunos tópicos» y simplificaciones acerca de la crisis. El intento se empezó a torcer cuando el New York Times decidió publicar en su web una serie de fotografías con la cara más amarga de la realidad de nuestro país. Bajo el título España, austeridad y hambre, una galería de imágenes retrataba el lado más descarnado de los tiempos que está viviendo la maltrecha y deshilachada piel de toro. Su autor, el fotógrafo catalán Samuel Aranda (Barcelona, 1979), galardonado en 2011 con el World Press Photo y curtido durante diez años en las guerras de Oriente Medio.
Consciente de que las verdades duelen más aún cuando las dice el de enfrente, don Juan Carlos pasó una hora y media en compañía del consejo editorial del rotativo de la Gran Manzana._No ha trascendido si durante esos minutos, en los que el monarca pidió confianza en la recuperación del país, se habló del reportaje de Samuel Aranda, pero nadie esperaba que al día siguiente de la visita del Rey el tema saltara a la mismísima portada del papel. ¿Fue una muestra de la inviolabilidad de sus planes editoriales? Nadie lo sabe, pero nadie se lo explica: el reportaje que se publicaba en las páginas de ayer iba acompañado de un extenso artículo bajo el título España recula mientras sus hambrientos buscan la próxima comida entre la basura. Las quince imágenes del fotógrafo resultan un retrato severo, pero absolutamente real. Hay marchas de jornaleros por el asfalto, familias que miran desde la ventana esperando el desahucio, indignación en los rostros de unos manifestantes, gente que vive en chabolas después de perder su trabajo, hambre en los comedores sociales... todo en blanco y negro.
«El camino de Grecia»
Las fotografías incorporan un texto de la corresponsal en Europa del diario, Suzanne Daley, que describe la pobreza creciente y se recrea en la polémica de los cubos de basura de Gerona, a los que colocaron candados para que las personas necesitadas no rebuscaran dentro, un modo «cada vez más común» de hacerse con comida. «Mientras España intenta desesperadamente llegar a su objetivo de déficit, ha sido obligada a embarcarse en el mismo viaje que Grecia, introduciendo una medida de austeridad detrás de otra, recortando empleos, salarios, pensiones y ayudas, incluso cuando la economía continúa hundiéndose», explica la periodista en su crónica.
La polémica ha prendido en Twitter. Para unos, el enfoque del reportaje corresponde a una visión manipulada desde el exterior y lo critican con el argumento de que no todo el país busca en la basura. Del otro lado, centenares de comentarios subrayan que el periódico describe una realidad que se vive cada día en muchas ciudades españolas. «Todas las imágenes son pura verdad», ha precisado Samuel Aranda en una entrevista radiofónica.
En un panorama que se mueve a base de rumores y sensaciones, la alta política hace lo imposible por ganarse a la prensa extranjera. De momento, sin resultado positivo. Ayer mismo Rajoy también explicaba su versión de lo que ocurre en España en los cuarteles generales del Wall Street Journal. Le recibieron con otro titular poco amistoso: los bancos españoles van a necesitar bastante más dinero del que se cree para cubrir su déficit.
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