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CRUZ CATALINA
Miércoles, 29 de agosto 2012, 14:50
Pedrajas de San Esteban despedía ayer martes, precisamente coincidiendo con la celebración de San Agustin, el santo filósofo al que están dedicadas, sus fiestas patronales en la que ha estado inmersa desde el pasado viernes. Y lo hizo con un apretado programa que se abrió a las 10 de la mañana con las dianas y pasacalles de la Banda de Música de Pedrajas de San Esteban, bajo la batuta de su director titular, Ismael Clary Capellán. Al mediodía, tras la recepción a las puertas de la casa consistorial, tenía lugar en el templo parroquial de la villa piñonera la misa, concelebrada por el párroco titular, Domingo Olmo, y buena parte de los sacerdotes del Arciprestazgo de Pinares, a la que siguió la procesión en honor a San Agustín con asistencia de autoridades locales y las Reinas de las Fiestas.
Tras el almuerzo y para hacer más amena la sobremesa tuvo lugar la última sesión de la tradicional sesión de concierto-café en la plaza Mayor, en este caso con los ritmos y canciones mexicanas de Miguel Villa, como antesala de la tercera y última novillada con picadores de abono del XIV Certamen de novilleros 'El Piñón de España'.
En dicho festejo en el que se lidiaron seis bonitos y bien presentados utreros de la ganadería salmantina de Los Bayones, algunos con una acusada mansedumbre y querencia a las tablas, en la que hicieron el paseíllo la terna de novilleros formada por el sevillano Javier Jimenez, el madrileño Gonzalo Caballero, y el vallisoletano Pablo Santana que repitió actuación ante la imposibilidad de hacerlo el cacereño Rafael Cerro, aun convaleciente de la cornada sufría hace ya dos semanas en Roa de Duero.
Festejo en el que los tres diestros tocaron pelo respectivamente, cortando una oreja cada uno, en el segundo de su lote, ya que en sus primeros el fallo con los aceros, y también los desaciertos en la faena de muleta, les privo de conseguir algún trofeo a mayores.
Tras la novillada, pasadas ya las 10 de la noche tenía lugar el quinto y último encierro urbano al estilo de la villa en el que se soltaron la totalidad de los novillos adquiridos para los festejos taurinos tradicionales durante los días de las fiestas sanagustineras.
Una hora y media después en el marco de la plaza Mayor el ambiente se desplazaba hasta los aledaños de la plaza de toros donde tuvo lugar la concentración de peñas y vecinos, quienes animados por la Unión Musical El Pendón, alumbrando el recorrido con velas encendidas, ponían rumbo hacia la plaza Mayor de la villa piñonera para entonar la versión pedrajera del lastimero 'Pobre de mí' conocido popularmente desde hace años como 'Hasta Luego San Agustín' que puso fin a todas las celebraciones y marco el inicio de la cuenta atrás para un nuevo ciclo festivo.
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