«Si voy a los Juegos, mi objetivo es meterme en la final de 1.500»

Confía en que será seleccionado para competir en el próximo Europeo que se celebra en Helsinki

Valladolid. Ha conseguido la mínima olímpica para los Juegos de Londres en su prueba, los 1.500 metros. Pero Álvaro Rodríguez Melero (Valladolid, 1987) no tiene para nada asegurado un puesto en esta prueba en la que habrá una lucha cerrada por las tres plazas que representarán a España en la próximo cita olímpica. El vallisoletano no desespera. Después de dos campañas desafortunadas, Álvaro intuye que este, por fin, va a ser su año.

Ya tiene la marca mínima para Londres, ¿ahora qué?

He dado el primer pasito, que es necesario pero que resulta insuficiente. Solo hay tres plazas para un país en el 1.500 y en España hay varios atletas más con opciones de hacer la mínima. Ya hay cuatro que lo han conseguido: Olmedo, Bustos, Ruiz y yo mismo. Pero además hay otros dos como Higuero y Abad que están en ello.

¿Cuándo se sabrá los tres atletas que representarán a España en el 1.500?

El plazo acaba el próximo 8 de julio, día en el que se realizan las pruebas de selección, una especie de 'trials'. Se organiza de esta manera porque los Campeonatos de España al Aire Libre se celebran después de los Juegos, en el mes de agosto. Los tres primeros en esa prueba serán los que representarán a España en el 1.500.

Pero antes de los Juegos están los Europeos de Helsinki.

En dos semanas llegan los Europeos, que serán del 27 de junio al 1 de julio. Ese es mi primer objetivo. Confío en que me seleccionen. Van también tres atletas, pero espero que lo conseguido en Huelva fue primero por delante de corredores como Olmedo sirva para que Odriozola me lleve. Soy el español con el mejor registro del año en 1.500 (3:34.10) y con la segunda mejor marca europea de la temporada.

¿Esta temporada es la de la confirmación de Álvaro Rodríguez?

Este año ha caído todo por su propio peso. Me hubiera gustado no sufrir el infortunio que me ha acompañado las dos últimas temporadas. El año pasado tuve que someterme a una intervención quirúrgica de urgencia. En 2010 venía dispuesto a realizar una buena temporada. Reyes Estévez hizo tercero y yo quedé cuarto, lo que me impidió clasificarme para el Europeo de Barcelona. Vi cosas raras, pero le felicité deportivamente. Posteriormente, he comprobado, y se ha podido ver, lo que hubo detrás. Yo me quedé sin el objetivo de la temporada, fue como tirar el año a la basura. La dificultad que supone la criba en el 1.500 se puede ver en ese Europeo, en el que los españoles acabaron en los puestos primero, tercero y cuarto. Si hubiese conseguido plaza para Barcelona, seguro que hubiera estado en los puestos de arriba de la clasificación.

¿Cuáles han sido las marcas más destacadas en el 1.500 en lo que va de temporada?

Ha habido tres kenianos que han corrido en 3:29. Desde que se retiró El Guerrouj las marcas solían rondar los 3:30. Que los tres hayan corrido en ese tiempo es una auténtica barbaridad.

¿No puede resultar peligroso disfrutar en estos momentos de un estado de forma superior al de sus rivales directos?

He diseñado con mi entrenador, Elías Reguero, tener un pico de forma a finales de junio, pues sabemos que tengo que ganarme la clasificación en cada carrera. Tengo que superar primero la criba española del 1.500, por lo que no puedo bajar de momento. La idea es realizar una bajadita a principios de julio para repuntar a finales de ese mes con la llegada de los Juegos.

Llega detrás nueva savia al medio fondo español.

Es una suerte. Casi por generación espontánea el 1.500 se va renovando, lo que permite que se mantengan los buenos resultados en categoría absoluta desde los tiempos de José Manuel Abascal y José Luis González. Ahora mismo tengo en mi equipo a dos júniors que aspiran a clasificarse para el Mundial de la categoría, que se celebra en Barcelona. Esto es señal de que hay un gran nivel en el medio fondo de Castilla y León.

¿Ha tenido algo que ver en su buena campaña la pretemporada que realizó en Kenia?

Fue un 'stage' y no sé si me ayudó a nivel de preparación, pero sí a nivel mental. Fue muy enriquecedor convivir con los mejores mediofondistas del mundo. Te cambia tu mentalidad. Tienes ganas de mejorar y consigue que no te duermas en los laureles, pues hay trabajar mucho para superarlos.