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LORENA SANCHO
Domingo, 26 de febrero 2012, 12:57
Dicen las mujeres de la asociación La Hantanilla, de Cogeces del Monte, que unas buenas sopas castellanas, las de ajo de toda la vida, además de agua, pimentón, pan, jamón, huevos y aceite, requieren un secreto que las convierte en únicas. La tradición avala su sentencia. Hace al menos treinta años que los cogezanos disfrutaban de este suculento plato para conmemorar San Valentín. Así que el alcalde, Teodoro Herguedas, empeñado en recuperar viejas costumbres, rescató la jornada festiva de ensalzamiento de las sopas de ajo como homenaje al manjar que viene grapado al nombre de su localidad.
La de ayer, V Jornada, mantuvo ese espíritu de la raigambre, de la voz que entre cucharada y cucharada se alza a favor de pueblos como este, de 800 vecinos. Lo hizo una vez más en un acto que reunió a cocineros locales en un concurso gastronómico de sopas de ajo maridado con el reconocimiento que cada año brindan a la labor que asociaciones, empresas y personas físicas realizan por el medio rural. Esta vez fue El Norte de Castilla, el decano de la prensa española, el que se alzó con el premio Pingacho, bautizado así en honor a la jota local, que le avala como impulsor y defensor de los 225 municipios y 9 pedanías de la provincia a través de las noticias que recoge diariamente en sus páginas y en su web. «Un diario que hemos visto como de nuestra casa porque ha difundido lo que pasaba en Cogeces. Transmite todas aquellas cosas que para nosotros son algo grande», resumió María Casas, presentadora del acto.
Carlos Aganzo, director del periódico, se encargó de recoger el galardón, un lector del rotativo en barro con el perfil de su convento más preciado, el de la Armedilla. Aganzo trasladó a los cogezanos que abarrotaban el salón de actos «el orgullo de inaugurar una sección de provincia en los tiempos que corren», y animó a todos a descubrir la edición digital de El Norte, especialmente a aquellos que por la distancia no lo pueden adquirir en papel. Antes de terminar con un poema de Ventura Rodríguez sobre la sopa de ajo, el periodista y poeta aprovechó para recordar que, en su primer encuentro con Miguel Delibes tras ser nombrado director, este le recomendó que no se olvidara del campo y de gentes «y que cuidara de las faltas de ortografía», dijo respaldado por la sonrisa del público.
Degustación
Para completar la jornada de exaltación del medio rural a través del plato más tradicional, el Ayuntamiento organizó el ya habitual concurso de sopas de ajo, que esta vez contó con ocho participantes. Se encargó de degustarlas un jurado compuesto por el alcalde de Cogeces, Teodoro Herguedas; el director de El Norte, Carlos Aganzo; la diputada Laura Fernández; el subdelegado del Gobierno, José Antonio Martínez Bermejo; los alcaldes de Cuéllar (Segovia), Jesús García; Campaspero, Julio César García, y Santibáñez, Luis Berzosa; el que fuera pregonero de la localidad, Fernando Esgueva, y las concejalas de Tudela de Duero Laura de Juan y Aurora Zorita. El veredicto dio la razón a la Asociación de Amas de Casa La Hantanilla, las que custodian el secreto mejor guardado de unas sopas que después ofrecerían a más de 250 personas. Mercedes, Azucena, Matilde, Montse, Mercedes, Caridad y Emilia, siete de sus componentes, se encargaron de prepararlas durante toda la tarde para después, una vez concluido el acto, ofrecerlas para su degustación vestidas con trajes típicos medievales. Entretanto, la Asociación Cultural Cogeces de Folk, con Titin a la dulzaina y José Luis a la caja, se encargó de poner las notas musicales. Como no podía ser de otra forma, no faltó El Pingacho, máxime aquella estrofa que dice forasteros y del pueblo, a todos se les divierte. «Es día de ello», concluyó el alcalde.
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