Carrión celebra la tradición infantil de rodar la naranja para festejar a San Blas

La Fiesta de San Blas en Carrión de los Condes (Palencia), que se celebrará el próximo viernes, mantendrá la tradición singular de rodar la naranja por parte de la población infantil, una vez que se hayan venerado las reliquias del santo en la iglesia del Real Monasterio de Santa Clara. De todas las tradiciones del recinto monacal, la que goza de mayor aceptación en la comarca es la del 3 de febrero de cada año, día en el que relicario del monasterio pasa por las gargantas de los fieles tras la eucarístía.

A su vez se mantiene la tradición de rodar la naranja donde, según una costumbre de origen incierto, los niños van a besar las reliquias de san Blas con los bolsillos llenos de naranjas. Tras el acto religioso, proceden a rodar la fruta en el atrio del monasterio. Erróneamente se supone que el origen se centraría la visita del Cid Campeador a sus hijas, que estaban casadas con los Infantes de Carrión. Tras conquistar Valencia, decidió volver a Castilla a ver a sus hijas y, entre los regalos que las traía, venían las famosas naranjas de Valencia.

Cuando llegó a Carrión, no las encontró, lanzando todo tipo de insultos a sus yernos. Con el enfado tiró los presentes, entre ellos las naranjas que rodaron por el suelo. éstas, al tratarse una de fruta exótica para los niños castellanos, originaron entre ellos una pelea. Con el enfado y los gritos, dicen que perdió el Cid la voz. Al salir de Carrión, extramuros de la ciudad, entró en el Monasterio de Santa Clara la Real, donde al venerar la muñeca de San Blas, y una vez que la madre abadesa se la pasara por la garganta, el Cid recuperó su voz.

Esto es lo que dice la tradición popular, aunque la historia lo desmiente, ya que las hijas del Cid nunca se casaron con los Infantes de Carrión y lógicamente el monasterio de Santa Clara la Real no se funda hasta el siglo XIII y, además, el Campeador vivió en el siglo XI.