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Carlos Álvaro
Viernes, 20 de enero 2012, 21:43
Consternación, dolor e indignación. La imagen de la Virgen de la Fuencisla ha sido víctima de un ultraje en toda regla. Uno, dos o tres individuos -se desconoce el número exacto- han logrado entrar en el Santuario a primera de la mañana. Después, han accedido al camarín de la patrona, en la parte superior del retablo, y se han llevado las coronas de oro de la Virgen y del niño Jesús. Además, han arrancado la mano en la que el niño sostiene la bola del mundo, que también ha desaparecido. Los ladrones, que habían incluido en el botín la aureola de la Virgen, se han dejado olvidada esta pieza de plata en el exterior del templo, junto al quiosco-bar de la Fuencisla. Un acto vandálico que ha causado un profundo impacto en la sociedad segoviana, porque la de la patrona es una imagen queridísima y venerada por todos los fieles y devotos.
La Policía Judicial investiga el expolio. Según informa la subdelegación del Gobierno de Segovia, las cerraduras de las puertas del templo no estaban forzadas y la alarma ya había sido desactivada. Esto lleva a pensar que el robo se produjo sobre las ocho de la mañana, cuando la puerta principal se abre de manera automática para permitir el acceso al templo de los fieles. Las primeras hipótesis que se manejan apuntan a que los delincuentes fueron los primeros en entrar en el Santuario, cuando no había nadie dentro, por lo que pudieron actuar con cierta tranquilidad.
La Virgen de la Fuencisla posee dos coronas. La que ha sido robada fue donada en el año 1613 por el gremio de médicos, boticarios, cirujanos y barberos de Segovia, mientras que la otra, de 1916, fue donada por los devotos. Ambas piezas son magníficas. La primera, la desaparecida, es un interesante ejemplo de orfebrería del siglo XVII, en palabras de María del Carmen Hernández San Frutos, conservadora del Santuario de la Fuencisla. Lleva perlas, esmeraldas y amatistas. La corona del niño también data del siglo XVII. La pequeña bola del mundo carece de valor material, porque no deja de ser parte de la talla de madera, pero llevaba en el polo superior una crucecita de oro que, afortunadamente, se ha desprendido cuando los autores del robo le han arrancado la mano al niño Jesús. La cruz se les ha caído y al parecer no han reparado en ello.
«Un acto doloroso y tristísimo»
La conservadora del Santuario expresó la consternación que el acto vandálico ha causado entre los files y devotos en particular y en toda la ciudad en general. «Es un robo que afecta al sentimiento de los segovianos, un acto doloroso y tristísimo. Afortunadamente, hemos podido recuperar la aureola de plata de 1703, con algún ligero desperfecto fácilmente subsanable. La talla está rota y hay que restaurarla, pero, más que el daño material que se ha ocasionado, que por supuesto existe, duele más la afrenta y el ultraje que la patrona de los segovianos ha sufrido. Han hecho un daño al patrimonio y se han llevado unas piezas que, indudablemente, posee un valor económico, pero es mucho más importante el valor histórico y afectivo. Espero que quien se lo haya llevado recapacite, que se arrepienta y que nos lo devuelva, porque no va a sacar tanto. Están los tiempos difíciles, pero el daño afectivo es irreparable. Se ha ultrajado a la Virgen de la Fuencisla», señaló María del Carmen Hernández, visblemente abatida y emocionada.
El robo fue descubierto por una mujer que, alrededor de las nueve de la mañana, acudió al templo a orar. Al ver que la Virgen no tenía corona, telefoneó a la presidenta de la Cofradía de la Virgen de la Fuencisla, Julia González-Herrero, que se personó inmediatamente en el Santuario y certificó el robo. Inmediatamente se dio aviso a la Policía Nacional y a la Junta de Castilla y León. El presidente, Juan Vicente Herrera, recibió la noticia en Fitur y, a través de la consejera de Cultura y Turismo, Alicia García, y del director general de Patrimonio Cultural, Enrique Sáiz, comprometió la ayuda del Gobierno autonómico para la restauración de la imagen. Por su parte, el Obispado espera que la investigación de la Policía dé sus frutos y puedan recuperarse las piezas antes de que se sean fundidas o vendidas. El delegado de Patrimonio del Obispado, Miguel Ángel Barbado, expresó la «consternación» y el «dolor» que el obispo de Segovia, Ángel Rubio, ha tenido desde que tuvo conocimiento de lo ocurrido.
La noticia es de calado, por cuanto se trata de la Virgen de la Fuencisla y entran en juego los sentimientos más profundos de los segovianos. El alcalde de la ciudad, Pedro Arahuetes, mostró su indignación y rabia ante un acto «que no puede haber sido cometido por segovianos, porque es mucho lo que significa». El portavoz municipal del PP, Jesús Postigo, subrayó la prioridad de recuperar las piezas sustraídas y la necesidad de organizar un acto de desagravio a la patrona de todos los segovianos. Luis Peñalosa, portavoz de IU en el Ayuntamiento, consideró «lamentable» lo ocurrido porque «desde un punto de vista patrimonial e histórico se trata de una gran pérdida para Segovia».
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