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Sábado, 2 de enero 2010, 13:59
Hay costumbres muy arraigadas en la sociedad para el día 31 de diciembre. La más famosa, claro está, es la de comer las doce uvas para recibir el nuevo año, pero también hay otras como ponerse ropa interior roja o brindar con algo de oro dentro de la copa. En Segovia, es habitual apurar las últimas horas del año corriendo la San Silvestre y también lleva camino de convertirse en una tradición que Javier Guerra la gane, pues ya son ocho el número de veces que la ha conquistado. El atleta segoviano, recientemente proclamado campeón de Europa de cros, se impuso en la trigésimo primera edición de la San Silvestre Segoviana y lo hizo como lo hace cada 31 de diciembre, con una autoridad aplastante. Y eso, a pesar de que el tiempo no acompañó y la nieve quiso formar durante buena parte de la carrera esa estampa navideña tan propia de las películas que ponen en la tele en estas fechas, con los copos tiñendo de blanco los coches y los tejados.
Pese a ello, Javier Guerra dominó la carrera de principio a fin y tampoco, la mala meteorología, asustó ni echó atrás a los 2.979 corredores que participaron en la San Silvestre Segoviana y que volvieron a dar un brillante colorido a Segovia el día que se despedía el 2009.
Los primeros en tomar la salida fueron los más pequeños, que demostraron que son unos valientes -y también algunos padres que corrieron con sus hijos de la mano- y desafiaron a la nieve que empezó a caer quince minutos antes de que comenzara la prueba. A pesar de que era una marcha no competitiva, hasta los más pequeños quieren ganar siempre y así lo hizo Álex Palomo.
Triunfo de Águeda Muñoz
Después vino la carrera de los alevines, en la que ganó Águeda Muñoz, mientras que en infantiles y cadetes hicieron lo propio Mario Calvo y Sara Gómez -en cadetes- y Adrián Llorente e Idaira Prieto -en infantiles.
Y para terminar, el plato fuerte del menú de la San Silvestre Segoviana, la carrera de los mayores. La salida resultó un poco caótica, pues en un principio estaba previsto que se diera desde el inicio de la calle San Juan, en el Acueducto, pero al final se hizo desde prácticamente arriba, aunque tampoco importó mucho, ya que en el primer paso por la Plaza Mayor, Javier Guerra ya tenía una ventaja muy importante respecto a sus más inmediatos perseguidores. Guerra confirmó su supremacía al entrar en meta como ganador con un tiempo de 13'33''. Tras él, lo fueron haciendo centenares de personas, entre las que se podían apreciar caras de cansancio, pero también satisfacción por terminar de esa manera el año.
La única nota negativa fue que los chips, que se pusieron en los dorsales para controlar la llegada de los corredores y hacer las clasificaciones, no detectaron a su paso por meta a algunos niños con el consiguiente disgusto de éstos y de los padres. Eso provocó que al finalizar la carrera se produjeran varias reclamaciones que retrasaron el comienzo de la entrega de premios.
Las mejores imágenes que dejó la San Silvestre Segoviana se pueden ver en la edición digital de EL NORTE (nortecastilla.es) que incluye una galería fotográfica con las instantáneas más destacadas que dejó la última prueba atlética del 2009.
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