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V. M. NIÑO
Viernes, 16 de octubre 2009, 04:05
Periodismo, amor y muerte son los ingredientes de 'Los años equivocados', la novela que ayer presentó su autora Pilar Salamanca acompañada por Charo Ruano en la librería Margen de Valladolid. La materia prima apareció hace media docena de años, cuando la autora hizo limpieza de alma y de cajones. «Tiré todos los títulos y compulsas que ya no iba a necesitar, porque ya estaba fuera de esa carrera y concluí que para lo que yo podía valer sólo era indispensable la garantía de mi persona y mi trabajo», sostiene quien apenas respetó el Libro de Familia, el DNI y el carné de conducir. También sobrevivieron a la quema dos diarios de los años setenta. Ese es el punto de partida de esta novela que se alzó con el XIII Premio de Novela Ciudad de Salamanca.
'Los años equivocados' arrancan con la muerte del protagonista y se suceden en voz y mirada de una mujer, su enamorada. «Por primera vez elijo a un hombre como protagonista, aunque lo sea en ausencia», cuenta quien emplea a ambos en un periódico de Madrid, concomitancia vital con la autora. «Trabajé tres años en 'El Norte' y no encontré lo que iba buscando, que en realidad se parece más a lo que viven estos personajes». El mundo del periodismo le es familiar a Salamanca, quien luego se dedicó a la docencia. La acción transcurre en la década de la transición, «que no arregló un par de cosillas, pero creo que desde el punto de vista histórico lo bueno, lo malo y lo regular es necesario que ocurra. Creo que la concatenación de los acontecimientos es fundamental». A su protagonista le envía a trabajar a Eritrea, «un conflicto del momento y poco antes de que comenzara la Marcha Verde en Sáhara», apunta quien sigue la política internacional de los países de la cuenca mediterránea africanos y de Oriente Medio con gran interés. Y a partir de ahí, la voz narrativa, la mujer que se queda en tierra comienza a narrar hechos y las dolorosas consecuencias de estos.
Derecho a tropezar
La voz feminista de Salamanca no la redime del sufrimiento «aunque no es una víctima. Logra sobreponerse». En este extremo, la escritora defiende el amor incondicional de su personaje «y reivindico el derecho de las mujeres a hacer las cosas mal, a equivocarse, igual que los hombres. ¡Vale ya de ser musas o superwomen perfectas!».
En cuanto al marco profesional, la firmante de 'Cráter' considera que la realidad no ha cambiado pero «sí las empresas periodísticas y sus profesionales. Periodistas que para mí son un ejemplo, gente que ha creado escuela como Kapuscinski, parten de un compromiso personal con lo que cuentan que hoy no lo veo. Priman los intereses publicitarios», explica Salamanca.
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