Partido para alejar los fantasmas

El Pevafersa Valladolid tiene hoy una cuenta pendiente con la historia y la justicia, con la visita del conjunto ruso del Chehovski, que arrebató la Recopa del 2006 a los de Pastor en una final en la que la EHF demostró que los colegiados estaban sobornados. La propia Federación Europea sancionó con dos años de 'vigilancia' al propio club ruso. Desde luego podría ser un excelente momento para buscar revancha o venganza, pero no cabe duda de que es muchísimo más importante ganar el partido, aunque sea por un único tanto, pero ganar.

Los rusos son un equipo muy poderoso, con un juego harto mecanizado y con jugadas superestudiadas que imponen un ritmo constante, de diesel, a los partidos independientemente del resultado. Además cuentan con la ventaja de que el campeonato ruso, que domina a placer el Chehovski, no es tan exigente como el español por lo que sus hombres están mucho menos castigados de partidos y competiciones. Por otro lado, los integrantes del Chehovski son los mismos que la selección rusa, por lo que tienen asimilados los sistemas hasta la extenuación. Sus poderosos lanzadores Ratsvortsev y Shelmenko, su hábil pivote Chipurin, el veterano central Ivanov, los extremos Dibirov y Kovalev junto a los defensores Kamanin y Chernoivanov, forman un bloque muy compacto y espec ialmente duro en defensa.

La presencia del zurdo Shelmenko ha dado una mayor versatilidad al ataque ruso que, en defensa suele utilizar un 5-1 con el pequeño pero habilidoso y rapidísimo Dibirov como avanzado.

El Chehovski empató en la primera jornada en su visita al Pick Szeged húngaro (32-32), después de ir por delante en el marcador. Hoy, Maximov no se plantea un nuevo empate y afirma que saldrá a buscar la victoria. El propio Maximov comentó que le era indiferente la reacción del público, lo mismo que a sus jugadores. Y no le falta razón, acostumbrados a la frialdad rusa.

Quizás por ello mismo, los miles de aficionados que se den cita en el pabellón Pisuerga deberán centrarse, al menos desde el pitido inicial, en animar y alentar al Pevafersa Valladolid para conseguir una victoria que se antoja necesaria para apartar de manera definitiva un fantasma que lleva ya tres años persiguiendo al club vallisoletano.