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MIGUEL A. PINDADO
Miércoles, 7 de octubre 2009, 22:48
Cada derbi es una historia y por lo general no suele decidir nada, aunque le parafernalia que gira alrededor de los enfrentamientos entre León y Valladolid suele elevar la pasión de los aficionados a las cotas más altas. La temporada pasada, el Pevafersa Valladolid y el Reale Ademar jugaban por la tercera plaza y la derrota de los de Pastor no les privó de tan honorable clasificación. Este año, los vallisoletanos acuden al Palacio de los Deportes (20.30 horas, Sportmanía) con la vitola de equipo invicto y defendiendo la segunda plaza de la Liga, mientras que los de Jordi Ribera tienen la obligación de enmendar su pésimo comienzo de temporada y justificar con una victoria ante el eterno rival los errores cometidos hasta la fecha.
El conjunto leonés ha resuelto, al menos momentáneamente sus problemas económicos. Los impagos del Ayuntamiento leonés provocaron el enfrentamiento entre Juan Arias y la concejala de Deportes y al final le costaron el puesto al eterno dirigente del Ademar. Las elecciones y el nuevo presidente Carlos Pollán dieron un giro al club que basa su presupuesto en los patrocinadores Reale y Feve, así como en las subvenciones de Ayuntamiento y Diputación.
La marcha de jugadores como el central Sarmiento y el pivote Aguinagalde, junto con las de Novelle, Ruesga e Igor Kos, han hecho mella en la columna vertebral del conjunto leonés, pese a haberse reforzado con el croata Nicola Prce y el central sueco Dalibor Doder.
Obligado a disputar una fase previa para meterse en la Champions, Jordi Ribera ha tenido que trabajar intensamente en el verano para conseguir el objetivo y una vez en la máxima competición continental la relajación se ha cebado en los leoneses hasta el punto de sumar tan solo cuatro puntos en los cinco partidos disputados en la Liga Asobal. Así pues, están obligados a obtener un buen resultado esta tarde si no quieren verse desplazados definitivamente de los puestos de privilegio.
Al margen de las tácticas deportivas que se enfrentarán esta tarde sobre la cancha del Pabellón de los Deportes, las cuestiones extradeportivas han marcado últimamente las relaciones entre ambos clubes, pese a la buena relación entre presidentes. La concesión de la tercera plaza de la Liga de Campeones al Pevafersa, en lugar de al Ademar (campeón de la Copa Asobal) abrió las heridas entre ambas entidades. Las declaraciones y contradeclaraciones sólo echaron más leña a un fuego que quedará extinguido esta tarde, sea cual sea el resultado.
Pastor, sin polémicas
El técnico vallisoletano fue bastante claro y contundente en su rueda de prensa al negarse a hablar de cualquier cuestión que afectase «al rival», el Ademar. Harto de que sus declaraciones se tergiversen o malinterpreten, el técnico del Pevafersa decidió eludir cualquier pregunta y tampoco entró a valorar la actual situación del club leonés.
«Solo me preocupa mi equipo. Debemos mejorar el rendimiento defensivo porque encajando 31 goles, como en el último partido, es muy difícil ganar», comentaba el técnico vallisoletano.
En cuanto al partido de esta tarde, Juan Carlos Pastor confesaba que «nuestro éxito pasa por una buena defensa y unos primeros minutos de cada tiempo fulgurantes. Los primeros minutos son decisivos y debemos aplicarnos bien para conseguir una mejor finalización».
Sobre el Ademar únicamente comentó que «nosotros vamos a León con la mentalidad de que visitamos a un grande, en un pabellón con un gran ambiente como puede ser el de Barcelona o el de Antequera». Pastor reconoció que la Liga de Campeones está pasando factura, pero «debemos aprender de los errores. La acumulación de partidos no es tan perjudicial como los viajes, en los que se descansa y se duerme mal y luego se pierde la concentración. Hay que asumirlo y aprender a solucionarlo si queremos seguir».
En cuanto a los tocados, Pastor únicamente descartó a Óscar Perales quien lleva «más tiempo del esperado» lesionado, mientras que los otros quince hombres están en condiciones de jugar sin mayores problemas. En cuanto a los árbitros, Pastor eludió de nuevo cualquier polémica y solo deseó «que lo hagan lo mejor que saben».
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