Secciones
Servicios
Destacamos
MIGUEL A. PINDADO
Jueves, 1 de octubre 2009, 10:12
Los hombres del Pevafersa cumplen y tal y como deseaba su técnico comenzaron su participación en la Liga de Campeones con una victoria en la cancha del Constanta. Pero junto a los dos primeros puntos, los de Pastor también se llevaron un saco de golpes, moratones y cardenales merced al juego casi violento de los rumanos, especialmente hacia el pivote Edu Fernández y contra los intentos de penetración de los laterales. Y todo ello con la aquiescencia, colaboración, desidia y pésimo arbitraje de los colegiados checos Horacek y Novotny, que permitieron todo a la defensa rumana. Afortunadamente, los del Pevafersa tienen aprendida la lección y no cayeron en la trampa de las protestas. Siguieron concentrados en los momentos decisivos y volvieron a ganar, por quinta vez, al Constanta.
El partido se inició con un recital por parte de los porteros Popescu y Sierra. En los primeros treinta minutos, el rumano tuvo 11 intervenciones mientras que el onubense logró atrapar 9 lanzamientos. Con este alto porcentaje de acierto en la portería, el hombre del marcador apenas tuvo trabajo. Pastor planteó su defensa 5-1, con Raúl como avanzado, que tanto daño suele hacer en Europa. Pero si en defensa los de Pastor se mostraban especialmente entonados, en ataque Bilbija apareció temeroso, sin encontrar su sitio por lo que a los diez minutos fue sustituido por Krivokapic. El cambio provocó desajustes en la defensa morada y los rumanos lo aprovecharon para ponerse por delante (8-6) lo que llevó a Pastor a pedir un tiempo muerto.
El violento marcaje a Edu fue solucionado por los colegiados con una doble exclusión del pivote español y de Baiceanu. El Pevafersa aprovechó la ocasión y los espacios de jugar cinco contra cinco para volver a colocarse por delante en el marcador, algo que ya no abandonaría en el resto del partido.
A pesar de ello, el Pevafersa no encontraba fluidez en su juego de ataque ya que apenas podía contar con el pivote debido al férreo y violento marcaje. Raúl tuvo que echarse el equipo a sus espaldas con la colaboración del joven Gurbindo, que prácticamente estuvo en el terreno de juego los sesenta minutos, y de un Krivokapic más voluntarioso que eficaz, pero que oxigenaba con sus movimientos el trabajo de la primera línea.
Una nueva exclusión de los rumanos permitió a los de Pastor conseguir la máxima renta del partido (9-14) a falta de escasos segundos para llegar al descanso, pero Pavlovic demostró su peligroso lanzamiento con el 10-14 sobre la bocina.
Tras el descanso, los necesarios cambios defensa-ataque debían cruzar todo el campo lo que obligaba a reajustes continuos ante la velocidad de los rumanos. De hecho, el Constanta sacó provecho de estas acciones y se arrimó peligrosamente en el marcador.
A ello habría que añadir la actitud arbitral, jaleada desde la banda por el técnico rumano Zoran Kurtes, que sancionaba a diestro y siniestro cualquier acción de la defensa vallisoletana y dejaba sin penalizar las duras, descaradas y evidentes acciones punibles de los rumanos.
El Pevafersa tuvo que tirar de oficio y ahí apareció durante unos minutos de forma estelar Ávila. Desde el avanzado, desde el centro de la defensa, corriendo el contragolpe, bloqueando los lanzamientos, el leonés pudo un poco de orden y calma en el partido hasta su exclusión (min. 46, 19-24).
Un par de errores en ataque de los de Pastor y los contragolpes directos de Sabou dejaron el partido mucho más apretado (21-24) y con los rumanos crecidos. Pastor solicitó un tiempo muerto para romper la racha rumana. Quedaban doce minutos de partido y había que echar mano de la profesionalidad, el saber estar y el oficio. Cada error podría ser definitivo, pero también cada acierto. Havard Tvedten erró un penalti, pero Sabou hizo lo propio poco después. El marcador, en 23-25 parecía inamovible durante muchos minutos. Los rumanos eran incapaces de anotar para colocarse a un paso del empate, pero el Pevafersa tampoco lograba el gol de la tranquilidad.
Al final, los de Pastor mantuvieron el tipo pese al bochornoso arbitraje en los minutos finales. Y es que fue precisamente una nueva doble exclusión de Edu y su marcador Prachar lo que dejó un nuevo cinco contra cinco en el que Bilbija acertó por fin a sentenciar con el definitivo 23-26.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.