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SEGOVIA

Un pintor del Siglo XVI

La iglesia calificada como Monumento Histórico Artístico, conserva tablas del Maestro de Duruelo

ELENA RUBIO ARAGONESES

Miércoles, 29 de julio 2009, 03:37

Duruelo se encuentra situado en un lugar estratégico de la provincia, a apenas cien kilómetros de Madrid, muy cerca de la estación de La Pinilla así como de las Hoces del Duratón y del Riaza. Una situación privilegiada que ha permitido a esta localidad recibir a muchos que buscan paz y tranquilidad sabiendo que están bien localizados. Sin embargo, quizás muchos desconozcan que este pueblo tiene mucha historia ya que estos pagos estuvieron poblados en la época romana, según verifican los restos encontrados por los entornos. Aunque sin duda, fue la Edad Media cuando este pueblo segoviano tuvo más importancia.

De esa época data el principal monumento que tiene Duruelo, la iglesia parroquial dedicada a la Natividad de Nuestra Señora. Está catalogada como Monumento Histórico Artístico. A su primitiva planta de una sola nave y cabecera con ábside de tambor, se la impuso en época renacentista un pórtico y una espadaña barroca. En el exterior del templo sobresalen los tres ventanales del ábside y los canecillos con figuras de la cornisa. Pero sin duda parte de su tesoro está en el interior del templo, donde se encuentra un espectacular retablo mayor de estilo renacentista. Allí se pueden contemplar tablas pintadas por el llamado Maestro de Duruelo, del siglo XVI. En el primer piso del retablo, agrupados por parejas, aparecen varios apóstoles. Entre ellos, San Pedro y San Pablo así como San Juan Bautista y San Juan Evangelista. En el segundo piso se pueden contemplar temas como la Anunciación, la Adoración de los Pastores o la Epifanía. La Pasión ocupa el tercer piso con tablas en las que se aprecia a Jesús con la Cruz. En el remate se encuentra la paloma del Espíritu Santo.

Unas pinturas que son excepcionales y que fueron realizadas durante la primera mitad del siglo XVI. Sin embargo, poco se sabe de este artista de nombre anónimo que se le conoce popularmente como Maestro de Duruelo.

En ruinas

La iglesia parroquial no es el único edificio religioso de Duruelo. En la parte más elevada del pueblo, junto a las eras, se encuentran las ruinas de la ermita de San Roque. Al frente se abre la puerta de entrada, de medio punto y enmarcada por sillares. Sobre ella se puede contemplar un frontón triangular de piedra, con una hornacina vacía en el centro. Está rematada por adornos con bolas.

Las ruinas de la otra ermita, la de San Cristóbal, se localidad en uno de los despoblados que tuvo Duruelo, en concreto en el de San Cristóbal del Enebral. Allí hoy en día es posible contemplar los restos de un templo sencillo, construido con gruesos y bastos muros de calicanto. Alrededor de estas ruinas se pueden ver numerosas tumbas antropomorfas excavadas en la roca. En Duruelo también existieron varios molinos harineros. Según refleja Pascual Madoz en su Diccionario Geográfico Estadístico Histórico a mediados del siglo XIX existían tres molinos harineros. Hoy el conocido como Molino Calleja, se encuentra prácticamente perdido. Por aquel entonces, sus vecinos producían trigo, cebada, centeno, garbanzos, titos, patatas, alubias, calabazas, nabos, algarrobas y algarrobas. También cuidaban ganado lanar y vacuno, cazaban liebres, conejos y perdices y pescaban barbos, cachos y cangrejos.

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