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V. BORDA
Jueves, 30 de abril 2009, 12:11
Acercarse los miércoles a Huerta del Rey es como ir a montar en la montaña rusa. El partido adelantado de ayer frente al Antequera 2010 tuvo algunas similitudes con el disputado frente al Alcobendas. El juego del Pevafersa Valladolid no está al nivel de hace un mes. Uno se puede poner la venda o mirar hacia otro lado, pero el juego del equipo es flojito. Ante los malagueños recuperó la casta y la entrega de la que siempre ha hecho gala el BM Valladolid. Y eso le bastó para ganar un partido duro, muy duro, y complicado ante un buen equipo. Hubo que sufrir, pero los dos puntos se quedaron a a orillas del Pisuerga. Ahora toca ponerse la careta europea y recuperar un juego de más solvencia. Ésa es la única posibilidad de superar la desventaja de cuatro goles que los hombres de Juan Carlos Pastor se trajeron de Zúrich.
El inicio fue igualado. Pastor optó por dejar fuera de la convocatoria a un renqueante Krivokapic y alineó un 6-0 defensivo con el ayer reaparecido Asier Antonio y Prieto. La defensa sufría con el juego entre líneas de Pérez Canca con Baena y con los lanzadores del equipo andaluz. Los extremos, Milosavjevic y Tvedten, llevaban el peso anotador local.
La máxima renta llegó a los tres goles (12-9, m. 22), pero el equipo vallisoletano no supo dar la puntilla al choque. Vinieron una cadena de fallos en los lanzamientos que propiciaron la igualada a 12 tantos.
Con 15-14 se llegaba al descanso. El Pevafersa no transmitía buenas sensaciones. Quedaba la heroica. Así fue. Bien apoyado por la grada, el Pevafersa arrancó en la reanudación pisando fuerte. Aprovechó la exclusión de Pérez Canca y un parcial de 4-1, gracias sobre todo a un Prieto muy dinámico en los seis metros y al acierto de Havard Tvedten. Era el minuto 36 y el electrónico marcaba un 19-15, la máxima diferencia del choque.
La renta se mantuvo entre los dos y los cuatro goles a favor de los locales, que le ponían más intensidad que sentido a su juego. Y llegó otra pájara que coincidió con el despertar goleador del zurdo Prodanovic. En ésas estaba el duelo, cuando las alarmas llegaron a saltar con un peligrosa igualada a 26. Quedaban algo más de seis minutos y los malos augurios recorrieron las gradas de Huerta del Rey.
Penalti parado
La jugada determinante del choque llegó con 27-26 e el electrónico y con menos de cinco minutos de juego por delante. Penalti a favor de los visitantes. Lo lanza Trivundza y Sierra, muy gris toda la noche, lo detiene. En la jugada posterior, Prieto vuelve a colocar a los suyos dos tantos por encima y Tvedten, otro de los mejores con el extremeño, subió la renta a tres (29-26). Restaban menos de tres minutos y el partido estaba sentenciado. Al final, 30-28 para los vallisoletanos.
En resumen, este equipo tiene alma y una afición que le apoya siempre. Sin embargo, asusta un poco su nivel de juego. Falta gasolina, pero queda el orgullo de estar vivo en Liga y Recopa.
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