Almendros y márquetin

Es pequeño, tímido y solitario; vive junto al Puente Colgante y en invierno pasa desapercibido. A falta de sabiduría botánica, le supongo cerezo japonés, por la temprana floración rosa con la que a finales de febrero, todos los años, irrumpe en la acera y me anuncia la llegada de la primavera, aunque el convenio astronómico la sitúe hoy a las 12.44 horas.

Días después, los almendros de Parquesol confirman la noticia con una orgía de pétalos blancos que llueven sobre el carril bici, y por último llegan los reportajes de las alergias y mis propios estornudos. Y, desde hace unos años, Alimentaria, que en esta edición se ha dedicado a buscar en el márquetin soluciones contra la crisis.

Es cierto que en una ciudad con la mayoría de sus trabajadores en el sector servicios -da vértigo pensar que, según el Plan Estratégico de Valladolid, más del 70%- el márquetin es crucial para la economía. Pero no lo es menos que cuando la mercancía a vender es floreciente -piénsese en los ciclos Valladolid Latino y Valladolid vive la música-, el éxito llega ligero y la imagen se forja casi solita. A ver si la racha se extiende este año a la Seminci, y Angulo consolida con acierto la era 'post Lara': desde la selección de las películas y el funcionamiento organizativo hasta el cartel que salga del concurso.