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Fortu Prieto Lara coloca las botellas de espumoso, cava y champán en la estantería de su tienda especializada./ GABRIEL VILLAMIL
La producción de espumosos se reduce más del 74% en los dos últimos años
VALLADOLID

La producción de espumosos se reduce más del 74% en los dos últimos años

De cada diez botellas vendidas en Valladolid, cuatro son cavas, tres espumosos de Castilla y León y, el resto, champán francés

NIEVES CABALLERO

Domingo, 28 de diciembre 2008, 03:39

Las refrescantes burbujas se escapan y el espumoso de Rueda pierde fuerza. Tras la euforia de las ventas de espumosos de Valladolid generada durante las Navidades del 2005 por la campaña de boicot al cava catalán, muchas bodegas de la Denominación de Origen Rueda decidieron duplicar su producción de tal burbujeante bebida para el 2006. Sin embargo, dos años después ha desaparecido la alegría y se ha reducido la elaboración de espumosos el 74,50%.

Si en el 2006 el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Rueda entregó 703.267 contraetiquetas para comercializar los espumosos con la marca de calidad, en el 2007 ya se registró un descenso del 31,46% al pedir los elaboradores 482.000. Hasta finales de noviembre de este año las contraetiquetas solicitadas para acreditar que las burbujas son de Rueda eran 179.315 con una caída del 61,93% respecto a los once primeros meses del 2007. Y no parece que diciembre pueda modificar de manera significativa esta cifra, ya que durante ese mismo mes del pasado ejercicio se expidieron 11.000. Al comparar la diferencia de botellas entre el 2006 y el 2008 el porcentaje negativo es del 74,50.

Durante este periodo, los bodegueros se han replegado y han decidido volver a dedicar las uvas verdejo a la tradicional elaboración de los clásicos blancos de Rueda con mercado consolidado.

El Consejo Regulador y los elaboradores atribuyen esta reducción a dos razones principales. Por una parte, podría ser uno de los primeros síntomas de que la crisis económica también comienza a alcanzar a la comercialización de los vinos de la comarca vitivinícola. De otro lado, influiría el reconocimiento por parte de los productores de que la elaboración de espumosos con verdejo no es rentable y, por lo tanto, se pierde competitividad frente a los cavas catalanes, creados sobre todo con uvas macabeo, xarel.lo y parellada.

A pesar de ello, algunos bodegueros mantienen las producciones, tal y como señala Antonio Sanz, gerente de Bodegas de Crianza Castilla la Vieja, y su director comercial, Javier Ayala. Éste último cifra en 175.000 las botellas de Palacio de Bornos, el primer espumoso de Rueda en salir al mercado en los años ochenta. Confirma que este año los pedidos se han dejado para última hora por el miedo a la crisis. «El 75 u 80% se ha comercializado en Navidad. En veinte días se hace casi todo el volumen», explica.

No son competitivos

Por ejemplo, Bodegas de Alberto ha optado este año por no producir las cerca de 5.000 botellas de espumoso de ejercicios anteriores, según explicó el responsable de la bodega, Robert Milles, quien ha decidido apostar por nuevos verdejos y tintos, ya que considera que «el mercado está saturado».

El director de la Estación Enológica de Castilla y León, Pascual Herrera, considera lógico el descenso de la producción de espumosos porque que «se han dado cuenta de que no son tan competitivos, no pueden competir con los cavas catalanes».

Desde el Grupo Yllera, Carlos señala que la bodega ha puesto en el mercado alrededor de 100.000 botellas de espumoso, bastante menos que los dos años anteriores, cuando pasaron de elaborar 50.000 a 200.000. También ratifica que este año las ventas han sido más difíciles, se han vendido menos lotes para los regalos de empresas y se han elegido más baratos.

Todo el año

Una realidad que han comprobado este año en El Buen Gusto Fortu Prieto Lara y María José Valle Acero, que montaron esta tienda especializada hace casi tres lustros en Parquesol. Prieto argumenta que «con el boicot al cava catalán se vendió mucho espumoso, pero después ha pasado la fiebre y ahora han subido las ventas de champán francés para no comprar a los catalanes». A pesar de ello, de cada diez botellas -ofrece entre 80 y 100 referencias- «cuatro son cavas, tres espumosos de Castilla y León y otros tres de champán francés». Paralelamente, observa que se consumen más burbujas durante todo el año para iniciar las comidas, no sólo en Navidad, y que los restaurantes ya incluyen varias referencias en sus cartas.

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