La localidad se hermana con el pueblo saharui en el exilio

La distancia que separa la localidad de Medina del Campo con las jaimas azotadas por el viento y las elevadísimas temperaturas de los campamentos de refugiados saharauis de Zug y de Wilaya, en la provincia argelina de Auserd, en la que malviven exiliados, desesperanzados y casi sin alimentos 200.000 personas, se acortará durante este verano gracias al hermanamiento que ayer firmó el alcalde, Crescencio Martín Pascual, con el delegado del Pueblo Saharaui en Castilla y León, Abudulah Arabi.

La administración local se suma así a la solidaridad demostrada por las familias de acogida de niños saharauis del municipio.

Una vez estampada la rúbrica de ambos ante la atenta mirada de los siete pequeños procedentes en su mayor parte de la región de Tinduf, el consistorio medinense se compromete a aportar una ayuda económica para el programa 'Vacaciones en paz', y el ayuntamiento sufragará tanto el coste del viaje de los niños a Medina del Campo, así como los gastos del campamento urbano para aquellos que quieran asistir.

Algo «inolvidable»

Para la pequeña Salka, de 8 años de edad, poder pasar todo un verano en Medina será una experiencia «inolvidable», como asegura su madre de acogida, Pilar Escudero Hernández, quien «con mucho esfuerzo», ha querido que esta pequeña «pueda disfrutar de las mismas cosas que tienen mis dos hijas».

Brahim celebrará, por primera vez en sus ocho años, un cumpleaños diferente a los vividos en el campo de refugiados de Esmara.

Para estos dos niños de grandes ojos negros dormir en una cama o abrir un grifo y ver cómo cae el agua «es toda una sorpresa y un descubrimiento», como aseguró Isabel Cacho, otra de las madres de acogida, testigos directos de uno de los actos más solidarios que se han celebrado en el consistorio medinense, que arrancó el pasado mes de abril cuando fue aprobada por unanimidad una moción presentada por el Partido Socialista para crear un protocolo de hermanamiento con la provincia del Sáhara argelino de Auserd.

Crecencio Martín Pascual señaló que entre los objetivos de este acuerdo se encuentran los de «respaldar las decisiones tendentes a una solución justa, pacífica y duradera del conflicto» del Sáhara Occidental, ocupado por Marruecos, así como los intercambios socioculturales, económicos y turísticos o la puesta en marcha de actividades que refuercen las relaciones de las ciudades hermanadas.

Esta firma, que se suma a la del resto de municipios como La Granja o Villanubla o la ciudad de Soria, supone, como aseguró el delegado del Pueblo Saharaui en Castilla y León «un importante paso para todos los saharauis, quienes están pasando por un momento delicado y crucial».