La marcha coloca a Óscar Puente al frente del grupo municipal

Del suspense al alivio. Los tres sectores en los que se reparte el PSOE vallisoletano respiraron ayer después de dos días de no saber cómo se resolvería un panorama provincial que se complicaba si Soraya Rodríguez continuaba en Valladolid. Tanto el sector oficialista representado por la dirección y que promueve a Mario Bedera a la secretaría provincial del PSOE, como el representado por el ex alcalde y ex senador Tomás Rodríguez Bolaños y el que apoya al vicesecretario provincia, Óscar Puente confiaban en la incorporación de Rodríguez a la Ejecutiva Federal. Cuando la todavía diputada y candidata a la Alcaldía quedó fuera de las listas, en Valladolid se torció el gesto.

El paso de Soraya Rodríguez a la política nacional libera tensiones sumergidas entre las filas socialistas. Desde hace un año, la convivencia en el grupo municipal era difícil. Rodríguez ocupaba la presidencia del grupo. Un cargo creado para que Puente pudiera ser vicepresidente y Javier Izquierdo el portavoz. Pero la presidenta debía acudir al Congreso a Madrid y el alcalde, Javier León de la Riva, del PP, aprovechaba cualquier ocasión para afear las ausencias de quien, se supone, debía dedicarse a ejercer la oposición municipal.

Puente tiene ahora su oportunidad con Izquierdo como principal colaborador y sin la desventaja de que desde las filas del Gobierno local les critiquen por la doble dedicación de quien aspira a la Alcaldía de la capital.

Si la tranquilidad llega al grupo de concejales, no ocurrirá lo mismo en el partido, donde la decisión de Rodríguez sólo reduce las posibilidades de que pudiera convertirse en candidata a secretaria provincial. Para este puesto se mantienen abiertas las expectativas. El senador Mario Bedera juega, a través del aparato del partido, la búsqueda de la mayoría mediante el voto de las agrupaciones de la provincia. Los convocados en torno a Bolaños y Puente, por el contrario, esperan que el peso de la militancia de la capital imponga otro nombre.