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BOQUERINI
Lunes, 24 de septiembre 2007, 03:14
El escritor, guionista y cineasta Paul Auster, presidente del jurado de la 55 edición del Festival de San Sebastián, presentó ayer en el certamen su nueva película, 'La vida interior de Martin Frost', lógicamente fuera de competición. La película, coproducida entre Francia, Portugal y España, es una extraña historia de cuatro únicos personajes y dos escenarios que, bajo un aspecto de cotidianeidad, se adentra en el cine fantástico de tono metafísico: Un escritor retirado en una solitaria casa de campo, aislada de todo, donde espera encontrar tranquilidad para escribir un nuevo libro, se despierta una mañana con una mujer a su lado. Fascinado por su belleza, cae enamorado de ella, descubriendo que conforme avanza en la escritura del libro, la salud de la chica se resquebraja hasta el punto que cuando finaliza el texto, ella muere. Horrorizado, quema todo lo que ha escrito, logrando que vuelva a la vida.
Esto será tan solo el inicio de una situación insólita. Protagonizada por David Thewlis, Irène Jacob, Michael Imperioli y Sophie Auster, la propia hija del director, es una película de esas que, o atrapa al espectador desde el principio o no hay nada que hacer. Rodada con imágenes de gran belleza y con un cierto clasicismo narrativo, es una historia en la que lo fantástico irrumpe cuando la joven se materializa, pudiendo interpretarse como la musa o el ángel del escritor.
El principal problema del filme, por lo menos para quien les haya atrapado esta historia -quienes no se han dejado atrapar hace tiempo que habrían abandonado la sala- es que a Paul Auster se le olvida finalizarla. No es que tenga un desenlace malo o poco convincente, sencillamente es que no tiene desenlace. En el momento más interesante de la narración, aparecen los títulos de crédito. ¿Se quedó sin musa Auster a mitad de la película o, simplemente, es que no ha sabido como acabarla? David Thewlis esta muy convincente como el escritor protagonista, una especie de 'alter ego' del propio Auster, pero cuesta creer, viendo a Irène Jacob, que sea capaz de despertar esa pasión en la mujer.
Mucho mejor está Sophie Auster como una segunda musa-ángel, llegada de no se sabe muy bien de donde. Puede ser el más allá, pero también cabe la posibilidad de que todo ocurra en la cabeza del protagonista ya que no hay referencias espacio temporales sobre el lugar en que se desarrolla la acción, algo que el título de 'La vida interior de Martin Frost' parece querer dar a entender. Es el tercer largometraje de Auster y el más débil de los tres, lo que no quita que tenga imágenes de una enorme belleza y una narrativa fluida, que hace que uno no se cuestione excesivamente la historia.
Crítica a la telebasura
'Free Rainer' ha sido la única película en competición de la jornada dominical. Es una coproducción germanoaustríaca dirigida por Hans Weingartner, recordado en España por su anterior filme, 'Los educadores'. La película es una crítica radical al mundo de la telebasura con una tesis muy clara: Si las cadenas, en vez de 'realitys' y concursos alienantes, programasen debates, documentales y buenas películas, el espectador se engancharía igual y la gente sería más feliz.
Aunque la situación se desarrolla en Alemania, muchas veces da la impresión de que el director está hablando de nuestras propias cadenas de televisión. El protagonista es el productor y creador del 'reality' de más audiencia, que es cocainómano y lleva una vida acelerada hasta que un accidente de coche le envía al hospital. A la salida decide cambiar y hacer un informativo de denuncia sobre manipulaciones. No es una película de premio pero sí que está destinada a convertirse en una historia popular.
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