

Secciones
Servicios
Destacamos
CRISTINA VASCO
Miércoles, 5 de septiembre 2007, 03:11
Aunque cree que el éxito es algo muy relativo, ella lo tiene. Desde que Ana Otero se dio a conocer en el papel de Yoli de 'Todos los hombres sois iguales', ha hecho de todo: cine, teatro y televisión. Esta vallisoletana es desde hace dos años Paloma en la serie 'Amar en tiempos revueltos', un papel que ha sido «un regalazo» para ella. Esta temporada «se va a distanciar un poco de la Plaza de los Frutos» y la actriz está ilusionada ante su próximo proyecto: 'Pressas', una obra dirigida por Ernesto Caballero en la que trabajará «con compañeros con una larga trayectoria teatral a sus espaldas».
-¿Qué hay de Paloma en Ana Otero y de Ana Otero en Paloma?
-En Ana hay una inmensa admiración por Paloma. Yo creo que es importante y es bonito que exista ese proceso de fascinación hacia el personaje que uno ha de interpretar porque también te ayuda a verlo con más verdad. Y Paloma es muy generosa, da mucho de sí, tiene mucho que admirar. Es mucho más valiente que Ana, y es muy coherente, lo cual no le hace unívoco, porque luego tiene sus debilidades y sus vueltas, sus quiebros. Yo destacaría que es un personaje admirable. Uno de los muchos que tuvo esta época, una de esas mujeres que se pusieron la dictadura por montera.
-Esta temporada Paloma pierde protagonismo, ¿necesitaba un descanso?
-Lo que sucede es que Paloma se va a distanciar un poco de la plaza de los Frutos. Son dos años en los que le ha sucedido de todo: le han violado, le han intentado volver a violar, se quedó embarazada, abortó, cambió de 'estatus'... muchas peripecias. En dos años de Ana han sucedido diez años de Paloma. Esto, a un ritmo de 12 horas diarias de trabajo, es bastante exhaustivo. Es una cosa que requiere bastante concentración, mucha generosidad, es vaciante. Y ahora me voy despojando de Paloma con la alegría de ser consciente de que he tenido algo muy bonito y, por otro lado, con la tranquilidad de pensar que todo tiene su momento. Yo creo que a Paloma le he dado mucho.
-Antes de 'Amar en tiempos revueltos' participó en otras series como 'Todos los hombres son iguales' y 'Compañeros'. Todas han tenido gran éxito, ¿la suerte le acompaña o es buena eligiendo papeles?
-No sé que decir, esto siempre es un enigma. Uno nunca sabe cómo van a ir las cosas. Un compañero de la profesión me decía hace poco: «Eres la actriz fetiche, porque cada proyecto en que te involucras en televisión tiene éxito». Me hizo gracia, pero es verdad. Tengo a bien poder decir que en todo lo que me he involucrado de televisión ha ido bien. No me he involucrado nunca en un proyecto que haya ido mal, que lo hayan quitado de antena, sino que han ido mucho más allá de lo que se esperaba, como es el caso de 'Amar en tiempos revueltos', que aparentemente era una telenovela, la gente tenía sus reticencias y ya ves... Yo creo que como esto es tan aleatorio, es una lotería, lo importante es que uno sea honesto con lo que hace.
Con suerte y sin quejas
-¿Qué recuerda de sus anteriores trabajos?
-'Todos los hombres' era prácticamente mi primer trabajo en televisión. Recuerdo mi falta de experiencia. Acababa de salir de la escuela, y bueno, para mi era mucho 'mogollón'. Disfruté mucho menos de lo que podía haberlo disfrutado. 'Compañeros' fue otra cosa. Disfruté mucho. Fue muy grato y estaba rodeada de personas majísimas... Es que he tenido mucha suerte, yo creo que he trabajado con gente estupenda. No me puedo quejar de nada. 'Flores muertas' -una 'tv-movie' producida por Zeppelin para las cadenas autonómicas en el 2004- es la brutalidad de hacer un película en 13 días. El tener que resolver en muy poco tiempo y con todas las ganas.
-En cine ha estrenado 'Un buen día lo tiene cualquiera', de Santiago Lorenzo. ¿Qué le animó a participar en el proyecto?
-Pues la admiración que me suscita Santiago. Me interesa mucho el humor que tiene, cómo traduce en imágenes su forma de ver el mundo y la vida. Saber reírse de uno mismo. Y saber distanciarse de las cosas dolorosas para convertirlas en tragicómicas. Me encantó eso. Y como no había trabajado nunca con él y me gustó 'Mamá es boba', no me lo pensé.
-El teatro ha sido una constante en su carrera hasta que empezó a grabar 'Amar en tiempos revuelt0s'. ¿Volverá pronto a pisar las tablas?
-El teatro no lo dejo nunca. Lo último que hice fue 'El Libertino' en la 'Abadía', hace tres años, y fue una experiencia maravillosa. Yo creo que ya me tocaba. Pero a lo largo de estos dos años me era imposible, eran muchas horas diarias, aunque ya me apetecía. Me incorporo en octubre al Centro Dramático Nacional, a las órdenes de Ernesto Caballero y estoy muy feliz de hacerlo, porque no había trabajado con él desde 'Noches de amor efímero'. Creo que Ernesto es un director muy dotado profesionalmente, muy generoso, muy riguroso... y a la vista está, ya que tiene tres montajes en cartel.
-¿En qué consistirá la obra?
-Voy a hacer un texto de Ignacio del Moral que se titula 'Presas'. Es un montaje muy coral, con un reparto magnífico, con compañeros con una larga trayectoria teatral a sus espaldas. Poco más puedo contar por el momento. Es un texto magnífico y estoy deseando hincarle el diente.
-Ha trabajado en televisión, teatro y cine, ¿con qué se queda?
-Sería muy poco audaz por mi parte quedarme con un solo medio porque el trabajo actoral ya es suficientemente errático, inestable, como para excluir algún medio. Uno ha de ser actor, sin más, sin apelativos. Se es actor y como tal te vas moviendo de un medio a otro. Y bueno, como todo en la vida, si puedes elegir, mejor.
-¿Cómo lleva la fama?
-Siempre apelo a la misma definición de lo que para mí es la fama, 'es un accidente cultural'. Hay que tomarlo como lo que es, algo accidental que va, que viene, se queda... hay que relativizarlo. Habrá gente que lo lleve muy bien, que le guste. Hoy por hoy tampoco es tan molesta. Cuando interpretaba a Yoli en 'Todos los hombres' fue un poquito 'bestia' el asunto. Pero también quizás porque era la primera vez que hacía un trabajo que me aportara esa circunstancia. Pero yo creo que no hay que dejarse devorar por estas cosas, hay que relativizarlo. No dejo de ir al mercado a hacer la compra de la semana.
-Y con tanto trabajo ¿cuándo volverá por Valladolid?
-Eso digo yo. Espero ir pronto a ver a mi familia, que la echo mucho de menos, cada vez más. Y trabajando... ojalá que haciendo teatro o que ruede otra peli y podáis verla en los cines de Valladolid. La vida del actor es como la selva: intrincada, oscura y enigmática. A veces digo que es como un sacerdocio, que requiere una entrega rara.
-Desde fuera parece que lo más difícil es la inestabilidad.
-Efectivamente, es que vivimos en un mundo que nos vende que lo 'guay' es tener estabilidad, armonía, medios para consumir... Y claro, es el antagonismo de todo esto porque hoy tienes mucho, mañana no tienes nada... el concepto éxito es una entelequia, una absurdez, porque ¿qué es el éxito? Para mí el éxito no es que te sigan diez paparazzis, es otra cosa, ¿no? Además, eso le puede suceder ya al vecino del quinto. Incluso, mejor que no te suceda. Quiero decir que es algo muy relativo. Para unos el éxito será poder vivir de lo que uno quiere y para otros será llegar a Hollywood. Es complicado.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Favoritos de los suscriptores
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.